en 1923. Aunque autores como Schickel (1997) han intentado relacionar tales representaciones estereotipadas con supuestos prejuicios raciales sostenidos por el fundador de la compañía, otros como Gabler (2007) aseguran que tales acusaciones carecen de sustento y que, más que ser exclusivas de las producciones Disney, los estereotipos de raza eran práctica común en la industria norteamericana del entretenimiento durante la primera mitad del siglo XX. Walt Disney no era racista. Él nunca, ni en público ni en privado, hizo comentarios despectivos sobre los negros ni afirmó la superioridad blanca. Como la mayoría de los norteamericanos blancos de su generación, sin embargo, él era racialmente insensible. (Gabler, 2007, p. 433).
La diseminación de imágenes racializadas a través de prensa, carteles, aparadores y películas, transformó al imperialismo en un espectáculo popular y contribuyó a normalizar la idea de que la función primordial de las mercancías era civilizar y domesticar el mundo colonizado por los europeos de raza blanca (Hall, 1997, pp. 240-241), esto mismo ocurrió con los contenidos Disney que muestran estereotipos raciales en sus narrativas. Esa forma de revelar dichos estereotipos, bautizada por McClintock (1995) como “racismo de las mercancías” (commodity racism), se popularizó a través de la publicidad, la fotografía y el cine, y trajo consigo la masificación de las ideas racistas anteriormente limitadas al ámbito científico y literario; alcanzando a consumidores mediáticos de todas las edades incluyendo a los niños.
Los estereotipos raciales y las princesas Disney. A pesar de los cambios sociales promovidos por las distintas luchas por los derechos civiles de las minorías raciales en los Estados Unidos, y a contraflujo de los procesos asociados a la globalización cultural y económica de fines del siglo XX y principios del XXI, los contenidos y mercancías Disney continúan presentando estereotipos raciales hasta nuestros días.
Un ejemplo de ello lo constituye la franquicia Princesas Disney, creada en 2000 por Andy Mooney, entonces presidente de Disney Consumer Products. Aunque la empresa ha intentado presentar una mayor diversidad racial en estos productos, la decisión de presentar a personajes de diferentes razas tuvo mucho más que ver con fines comerciales y políticos, que con intenciones educativas, sociales o 187