Este libro tiene su pequeña GRAN historia, ya que conseguí finalizar su edición en la habitación 127 de la Klinick Bethanien en Zürich mientras cargaba sobre mi pecho tres mil doscientos treinta gramos de felicidad pura. A mi hijo Lázaro Diego.
Este libro tiene su pequeña GRAN historia, ya que conseguí finalizar su edición en la habitación 127 de la Klinick Bethanien en Zürich mientras cargaba sobre mi pecho tres mil doscientos treinta gramos de felicidad pura. A mi hijo Lázaro Diego.