El cineasta León Felipe Troya.
El director León Felipe Troya, director, actor y productor de Mi tía Toty, explica de dónde nació la idea de hacer el documental que se estrena este mes en salas locales: “Una hermana mía me dijo que hiciera una película de mi tía ya que tenía una vida extraordinaria, pero como era mi hermana, no le hacía mucho caso. Luego, unos amigos franceses me insistieron en que hiciera la película. En ese contexto filmamos y entrevistamos a Jorge Enrique Adoum, quien al poco tiempo murió. Ese fue el detonante para comenzar el proyecto. Otro de nuestros personajes importantes fue Pedro Saad, quien ya estaba diagnosticado con enfisema pulmonar”. Por eso agrega que “son interesantes los documentales, porque es desconocido y no sabes cómo te va funcionar”. Sobre su tía, León Felipe detalla que “la naturaleza de Toty favorece hacer el proyecto, pero por otro lado, dificulta a la persona, porque a ella le gusta mucho un escenario. Ahí desarrollamos una estrategia de formato de llamadas telefónicas y se la pudo encontrar más cruda. La idea es pre-
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sentar a la persona completa, tal como es”. El director sostiene que este documental -invitado a festivales de Perú y próximamente a España- no es un homenaje a Toty como actriz. “Eso no me lo planteé nunca. Yo quería hacer una película sobre ella, sobre su vida; es un retrato. No era mi intención mostrar lo que ha hecho, sino una dimensión más humana de la persona que es, con sus altibajos”, afirma. Además destaca que lo que más le interesa es el mensaje que da la película: “Que el espectador llore, sonría, que se enganche, y descubra cosas nuevas de Toty y de Ecuador. Hago la película para que la gente se dé cuenta de la forma de vivir, porque antes era imposible ver que una chica se fuera a vivir sola y fuera del país. Hubo gente que abrió el camino para que la vida sea más liberal, más moderna, y entre ellos estaba Toty. A finales de los 60 y principios de los 70 la política comunista era importante y tiene mucho eco en los personajes que están en el documental”, concluye. V