Revista La Otra. Edición 78

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Foto: Flickr / Antonio Marín Segovia

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Según sus detractores, Fidel reprimió vorazmente a sus opositores. Está acusado de matar y encarcelar a más de 70.000 disidentes políticos y periodistas

En 1959, Castro empezó a apropiarse de terrenos, muchas de ellas de accionistas estadounidenses, el objetivo era que todos los granjeros cubanos compartieran los beneficios de la tierra. Al mismo tiempo, Cuba empezó a aceptar ayuda de la Unión Soviética (URSS), aumentando así las tensiones de la guerra fría entre soviéticos y estadounidenses, llamados –de forma peyorativa- yanquis. En enero de 1960, el viceprimer ministro soviético, Anastas Mikoyan aterrizaba en La Habana. En ese mismo año, Castro se hizo cargo de todas las compañías estadounidenses en Cuba. “Todas las empresas quedan nacionalizadas, tanto de la electricidad, de teléfonos, todos los bienes de la Texaco y la Esso; además, los 36 centrales azucareros que tenían las empresas estadounidenses”. Como respuesta, el presidente de Estados Unidos, Dwight Eisenhower, cortó las importaciones de azúcar de Cuba, la URSS ayudó con la compra del azúcar destinada a EE.UU. EL EMBARGO Fue durante el mandato de Fulgencio Batista que EE. UU. puso un veto a la venta de armas a Cuba; culmina16

Noviembre 2016

I

ba el primer trimestre de 1958. Casi dos años después, ya bajo el régimen castrista, el gigante del norte bloqueó las exportaciones a Cuba, excepto la comida y los medicamentos, después de que Cuba nacionalizó las refinerías de dueños estadounidenses. A principios de 1962, el embargo se amplió hasta comprender, prácticamente, toda mercadería. En secreto, EE.UU. buscó la forma de sacar a Castro del poder, pero no quería que sus propias tropas invadieran Cuba. En lugar de eso, en 1961, el presidente John F. Kennedy accedió a que asesores estadounidenses formaran a exiliados cubanos dispuestos a luchar, su objetivo: invadir Cuba y echar a Fidel. El ataque comenzaría en el sur de la isla, en la Bahía de Cochinos. Las tropas invasoras no tuvieron ningún apoyo del pueblo cubano. Unos 1.400 soldados exiliados invadieron la isla, decenas de ellos fueron asesinados y los demás terminaron presos. En menos de 72 horas, Castro terminó con la Brigada 2506, organizada, financiada y entrenada por la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés). La invasión fue un completo fracaso.

Durante la primavera y verano de 1962, los guardacostas estadounidenses recogieron a refugiados cubanos, quienes informaron que buques soviéticos estarían entregando armamento a Cuba y que muchas de esas armas parecían cohetes. Entonces, el 22 de octubre de 1962, Kennedy se dirigió a su país y al mundo: “Este gobierno, tal y como prometió, ha estado vigilando de cerca el aumento de arsenal militar soviético que se ha ido acumulando en la isla de Cuba. Durante la última semana, varias pruebas inequívocas han demostrado que se está preparando una serie de bases con misiles ofensivos en la recluida isla. El propósito de esas bases no puede ser otro que el de ayudar a llevar a cabo ataques nucleares contra el hemisferio occidental. Le pido al presidente Nikita Khrushchev que zanje y elimine esta amenaza clandestina, temeraria y provocativa para la paz mundial”. Luego de ese anuncio, el gobierno de EE.UU. empezó un bloqueo naval a la isla y las fuerzas armadas de Cuba se pusieron en alerta. Castro dijo que el bloqueo de EE.UU. a Cuba era porque todos los intentos de destruir la Revolución Cubana habían sucumbido. “Nadie va inspeccionar nuestro país, nosotros sabemos lo que hacemos y sabemos cómo defender nuestra integridad y nuestra soberanía. Muestra de ello son nuestros revolucionarios, los patriotas y de todos será la victoria. ¡Patria o muerte, venceremos!”, dijo Fidel sin titubear. Ante el impase entre las dos principales potencias del mundo, Estados Unidos y la Unión Soviética, se pudo generar un desastre mundial. En esa época, Ramón Ruiz, profesor adjunto de historia y especialista en Latinoamérica de la Universidad de Smith dijo: “No creo que se pueda hacer esa clase de cosas, según el derecho internacional, sin declararle la guerra a la nación cuyos barcos están intentando bloquear, creo que quizás sería mejor invadir a Cuba. Tengo entendido que hay ciertos grupos y ciertos miembros que aparentemente están a favor de esa idea”. Por su parte, el embajador de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, Adlai Stevenson, señalaba: “Las esperanzas de la humanidad están


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