¿QUÉ QUIERE MACEDO DE LA CONCHA? Primera quincena de noviembre de 2016
C
• Carlos Moncada
onocí, sólo de vista y de saludo de cortesía, a Rafael Macedo de la Concha, teniente coronel o coronel entonces, en 1988, cuando era director jurídico y fiduciario del Banco del Ejército. De cuando en cuando iba yo a saludar al director general, el coronel Enrique Lendo, en función de nuestra amistad de muchos años y al hecho de ser coterráneos: él de Los Hornos y yo, de Ciudad Obregón, cajemenses, pues. Recuerdo a don Rafael siempre de uniforme, sin un cabello fuera de su lugar, moreno, que entraba ceremonioso a la dirección, escuchaba las instrucciones que le daban y se iba. Debe haberle caído de la patada que estuviera ahí un desconocido (yo), pero si el director no me decía que me saliera, no me salía. Su hoja de servicios como procurador militar está llena de sombras. Mantuvo en la cárcel al general Francisco Gallardo Rodríguez que se defendió con dignidad, no se quebró nunca y finalmente salió airoso del proceso. Gallardo dio a conocer algunas de aquellas sombras, y si alguien cree que por venganza, me adelanto a asentar que todas
me parecen fundamentadas y que sus denuncias, no sólo contra Macedo, sino contra el sistema militar, fueron avaladas por la revista “Proceso”. El padre de Macedo era influyente y lo puso a salvo de cargos por irregularidades en el manejo de créditos vencidos, así como de la violación de las leyes marciales al protestar como juez militar, cuando era coronel, dado que el requisito es tener como mínimo el grado de general de brigada. Su conducta permanente fue la de solapar actos delictivos de los militares de alto rango. Es de recordarse el caso de las dos maletas con 12 millones de dólares, botín recogido en acciones contra el narcotráfico, que no llegaron a su destino: una cuenta de banco en la que se debe depositar el dinero incautado al crimen organizado. Dos años después se dijo que la suma se había recuperado. O bien, el choque de aviones en el cielo de El Zócalo, durante un desfile septembrino en tiempos del presidente Zedillo. El accidente no fue investigado. Esta actitud proteccionista la lleva Macedo de la Concha en la sangre. Al terminar la entre-
vista que le hizo López gado militar de nuestra emDóriga hace unos cinco me- bajada en Italia. Beltrones ses, cuando se informó que también es amigo de la esel militar en retiro era ase- posa de Macedo, la abogasor jurídico del gobierno de da Magda Zulema Mosri, a Sonora, le preguntó sobre el quien promovió como canhorrendo crimen de Ayotzi- didata a diputada suplente napa, y contestó sin rodeos y quien ocupó la curul unos que lo que se decía era un meses, mientras el titular haintento de denigrar al ejér- cía campaña para otro cargo. cito. No es aventurado concluir En esa entrevista quedó que Beltrones le abrió las claro que poco sabía de los puertas de la asesoría a asuntos relacionados con la Macedo en el gobierno de Fiscalía Anti Corrupción, Sonora, y la lógica empuja pues se deshizo en elogios a preguntar de inmediato: para la gobernadora pero no ¿para qué? ¿En qué asunatinó a responder sobre te- tos asesora este servidor del mas concretos. Ahora bien, PAN que no estén al alcansi Macedo fue procurador de ce del Procurador o de la justicia del panista Vicente Dirección Jurídica del goFox, ¿cómo llegó a estas le- bierno? Hay mar de fondo. janas tierras? En estos días en que el preComo procurador, su traba- sidente municipal se reveló jo fundamental fue ponerle ante el centralismo que nos rodadero a López Obrador, impone normas penales desentonces jefe de gobierno, de allá, dos mil kilómetros para desaforarlo. Contó con al sur, se dejó venir Macedo la ayuda eficaz y entusiasta a Hermosillo y habló con del líder de la Cámara de los diputados locales para Diputados Manlio Fabio calmar la sed de reformas. Beltrones. Ambos le cum- Seguiremos reflexionando plieron a Fox y el desafuero en ello, después del comense aprobó. Pero el presidente tario sobre el informe de la panista no tuvo pantalones gobernadora. para mandar aprehender y procesar al Peje, y hasta ahí • Carlos Moncada Ochoa. llegó. Le quitó la procuraduEs escritor, abogado y periodista sonorense ría a Macedo y lo envió de agre-
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