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Ubicación en tiempo real

Por: Alberto Banuet A.

Ganadero/Agricultor ranchobuenavista@gmail.com

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En la vida se pueden perder varias cosas, amor, salud, dinero, un negocio, pero lo que no podemos darnos el lujo de perder jamás, es la perspectiva.

Para ejemplo de lo anterior, podemos decir que gracias al coronavirus, en estos meses todos hemos perdido, algunos, parientes, otros, amigos queridos, hay quien ha perdido dinero y algunos más, negocios, la mayoría la esperanza de una vida mejor y la confianza de que el gobierno ha planeado algo para ayudar al sector agropecuario a no sucumbir en la batalla en contra de un enemigo invisible que nos tomó por sorpresa y al que no sabemos contrarrestar.

Todo ha pasado rápidamente, sigue pasando, por eso, lo que no debemos perder es la perspectiva para descifrar este problema y vencerlo a como dé lugar y para que eso suceda necesitamos ubicarnos en tiempo real.

Lo primero que me parece debemos hacer, es entender de una vez por todas que estamos absolutamente solos, que no hay quien abogue, piense o actúe por nosotros, que, ante un gobierno insensible a las necesidades de la agricultura en general, no debemos sentarnos a esperar un apoyo o un programa que ayude a salir de este entuerto.

Que si es obligación de todo gobierno ver por el bienestar de sus pobladores… Sí.

Que si los que laboramos en el sector agropecuario somos los héroes anónimos de esta batalla porque seguimos trabajando para alimentar a una población que no nos reconoce a pesar de estar arriesgando nuestra salud, desoyendo indicaciones de quedarnos encerrados… Sí

Que ya estaríamos metidos en una revolución si agricultores, pescadores y ganaderos no siguiéramos produciendo para que coma el país… Sí.

Que las vacas no son causantes de la contaminación… Sí, no son causantes de la contaminación.

Ahora hay que ubicarnos y hacerlo rápido, Sí y ¿qué?

Señores, a nadie le importa el bienestar del sector agropecuario o para hacer el término más amplio, el sector agroalimentario, la gente de las ciudades lo único que quiere es comer barato y al gobierno que haya comida en los mercados y mientras eso siga sucediendo, nosotros no somos tema de preocupación, no hemos aprovechado esta oportunidad de oro para vendernos bien, tocar la puerta correcta para hacer entender a los mexicanos, consumidores y gobierno,

que nos está llevando la fregada, y que si caemos nosotros, se cae el país. Insisto en que no tenemos interlocutores, pero no los tenemos porque no queremos.

En el sector hay jóvenes preparados, hábiles para negociar, profesionales en sus campos que bien podrían representarnos en cosas importantes y digo importantes porque nos gusta perdernos en insignificancias como el tema del aumento del precio de los aretes de SINIIGA que ha causado tanto malestar sin que alguno de los que se sienten perjudicados haga algo al respecto como no sea vociferar en las redes y hasta ahí, pero el tema de los aretes no es nada frente al problemón que tenemos en el campo, bajos precios, falta de liquidez, despido masivo de empleados, gente enfermando sin servicios de salud eficientes en los pueblos y sin plan de contingencia.

Un arete de 45 pesos no pinta para un destete de 8 mil pesos o un novillo gordo de 20 mil y 40 mil si es toro de programa o novillo disfrazado o mucho más si es un buen animal de registro, si la pasión y tiempo que en las redes se le ha puesto a renegar sobre un tema insignificante frente al reto que tenemos y nos dedicáramos a pensar en un planteamiento o

alternativa válida para paliar esta crisis y exigirle a nuestros representantes que se muevan de su zona de confort y se pongan a jalar, tal vez ya hubiéramos encontrado algo que ayudara a los miles de ganaderos que de otra manera se irán irremediablemente a la ruina.

Que la CNOG escogió el peor momento anímico para hacer ese desafortunado anuncio, sí, es cierto, pero eso solo ayuda a comprobar que la CNOG vive en otro planeta. No tiene la culpa el indio, si no ya saben quién.

Algunos de los dirigentes de los empresarios organizados del país, las cúpulas fifís que tanto odia el gobierno, fueron a ver al presidente, y aunque fue el quien palomeó a los autorizados a visitarlo, lo intentaron, llevaron propuestas de ayuda para las PYMES, el presidente los bateo en el 90% de las ideas, pero trataron de hacer algo en beneficio de sus agremiados, hicieron su tarea para ayudar a sus sectores y dicen que persistirán aunque el presidente simplemente se pasó por el arco del triunfo el único acuerdo que tuvo con ellos y no lo mencionó en su informe para la reactivación económica del domingo 5 de marzo. Lo dicho una vez más, no lo conocen.

En nuestro sector lo único que se ha hecho es una carta que la confederación le envía al Secretario de Agricultura para que se la lleve al presidente, un escrito terrible y absurdo que es la sumatoria de peticiones que hacen asociaciones diversas y uniones ganaderas. Hasta hoy se oyen las carcajadas provenientes de un balcón del Palacio Nacional. ¿Se han preguntado por qué la CNOG ya no es un interlocutor que nos represente?

Es sencillo, si hay en el mundo alguien rencoroso, es Andrés Manuel, es más rencoroso que un gato tuerto y no perdona y mucho menos olvida.

Durante la campaña presidencial, la CNOG una entidad teóricamente apartidista, hizo

abierta campaña a favor de Meade, el candidato del PRI y eso AMLO no lo perdona ni olvida, en ese pecado llevamos la penitencia todos. Recuerdo incluso, que hubo reclamos de ganaderos de todo el país seguidores del peje en contra del proceder de la CNOG a favor de un candidato, cuando ésta debió quedarse al margen, invitar a todos por separado a un evento para que nos dijeran que pensaban sobre el campo, pero no, la CNOG decidió actuar de acuerdo a sus intereses y este es el resultado.

Hoy la Confederación no existe en la cabeza del presidente, en la escala de valores de AMLO, tiene más importancia o peso específico un campesino que tiene 4 vacas y 15 gallinas que los presidentes de la CNOG, del CNA o del CCE juntos, el prefiere comer a la orilla de una carretera sobre la tapa de la batea de una pick up como mesa que en el Jockey Club del Hipódromo de las Américas con Roberto Hernández o Carlos Slim.

Ahora, de la Secretaría de Agricultura qué podemos decir que no sea una misa por el descanso del alma de una institución que hasta hace algunos años era prestigiosa y orgullo de muchos.

Seguramente habrá quien discrepe, si es así, sepan que esto no es una columna crítica, es una descriptiva, es un norte para que los encargados de la política gremial entiendan que a periodicasos o insultos en los chats no le van a hacer nada al émulo de Juárez, es una relatoría de por qué estamos como estamos y si lo entendemos rápido, podremos estar mejor si actuamos en consecuencia.

Seguir tratando de hablar con un gobierno desinteresado en los temas del campo y para mayor mal con los representantes que tenemos equivale a querer bañar un burro y el proceso es más o menos así…

Se pierde el agua, se pierde el jabón, se pierde el tiempo y al final se pierde hasta el burro.

Y, sin embargo, sigue la yunta andando.

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