Revista Esperpento cómo?, no tengo idea— en donde estaba previsto y
aumentar sin cesar la arquitectura titánica.
relatado en letra gótica azul celeste todo lo que yo debía ver y todo lo que debía pensar a continuación. Las letras
¡Presta tu oído a los escándalos infernales!
eran rostros. Luego me encontré bajo las bóvedas de las catedrales
Este grito ¿lo he emitido yo? Siempre que se elabora
declamando sortilegios báquicos, pero los augustos
una acusación a toda orquesta soy yo el condenado, y
cardenales me reprocharon tal inconveniencia. Y para
antes de que me aprese la innumerable orquesta se me
confundirme más, he aquí que de pronto obispos y
eructa la sentencia. Los arcos apuntaban hacía mí y los
cardenales, diáconos y subdiáconos formaron una
trombones rugían contra mi tímpano:
orquesta.
El
papa
marcaba
el
compás,
mientras
rugían
¡Abre tus auditivos
los
canales!
cobres y se suavizaban las
cuerdas
para
dar
Y
como
estaba
entrada a los arcos de los
soldado a la balaustrada
desmesurados
del
contrabajos. Y el himno
apresarme. Mis guantes,
infernal comenzó:
mi sombrero y mi bastón,
coro,
vinieron
a
¿dónde están? ¿Y mi ¡Pueblo, oye mi vocal
abrigo? Bueno, he aquí
angélica!
en
¡Abre tus auditivos
tierra
terrestre.
canales!
mi
cuerpo
Una
manga,
después la otra, y heme aquí vestido. Ya no estoy
Las
paredes
se
helado. A voluntad, los
separaron, las bóvedas se
pies uno delante del otro
elevaron
como
se colocan. Heme aquí de
cuyo
interior
contemplara, columnas
globos
y
se
regreso
las
primordial,
crecieron
cosas
a
mi
butaca
todas están
las en
veloces para sostener el
condiciones, salvo la pipa
espacio
de opio que acabo de
que
hacía
cargar.
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Número 2 Noviembre-Febrero 2012