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Charlottesville

En la semana del 14 de agosto se desató una serie de manifestaciones en Charlottesville, ciudad situada en el condado de Albemarle, Virginia en los Estados Unidos. Estas manifestaciones fueron organizadas por un grupo de nacionalistas blancos neo-nazis de y capturaron el desconcierto internacional.

La primera manifestación se dio el viernes 11 de agosto por la noche en la Universidad de Virginia. Los protestantes de la extrema derecha marcharon con antorchas a lo largo del campus mientras gritaban frases como “White lives matter” (las vidas blancas importan) “los judíos no nos remplazarán”, “púdranse maricones”, entre otros insultos contra el islam, la comunidad LGBTQ+ y afrodescendientes. Muchos vestían ropa relacionada con el movimiento anti-semita y el Ku Klux Klan (organizaciones de extrema derecha en Estados Tiziana Vallone

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Unidos que promueven el racismo, la supremacía de la raza blanca, la homofobia, el antisemitismo, la xenofobia, etc.), otros hasta estaban armados. A esto se le sumaban los contra-manifestantes de izquierda que llegaron un par de horas más tarde. Por suerte la policía pudo disipar a la multitud y la noche terminó en paz.

Sin embargo, el caos estaba lejos de terminar. El sábado por la mañana se organizó una segunda manifestación con un mayor número de protestantes e, igual que el día anterior, personas que se oponían a ellos. Comenzó en el Emancipation Park y se extendió por varias zonas de la ciudad. Al menos dos personas fueron heridas, aunque no gravemente, según la policía de Virginia. Tanto los protestantes como los contra-manifestantes utilizaron gas pimienta y gases lacrimógenos como método de protesta.

Las cosas empeoraron aún más cuando a las 13:45 un auto que venía a alta velocidad chocó intencionalmente con un grupo de izquierda, dejando a diecinueve heridos (cinco de ellos en condiciones críticas) y una muerte: Heather D. Heyer, de 32 años, una asistente jurídica de Charlottesville. Por suerte, la policía pudo identificar al conductor del vehículo como James Alex Fields Jr, de 20 años y originario de Ohio. Enfrentará varios cargos, entre ellos homicidio de segundo grado.

En total 34 personas resultaron lesionadas. El gobernador de Virginia, Terry McAuliffe, declaró estado de emergencia y el fiscal Jeff Sessions calificó el ataque como terrorismo interno.

A pesar de la gravedad de los hechos, la respuesta de la Casa Blanca fue blanda, ya que, en la tarde del sábado, el presidente de los Estados Unidos Donald Trump condenó la “indignante muestra de odio, intolerancia y violencia en tantos bandos”

pero, no destacó a los nacionalistas blancos ni a los neonazis, ni a las muertes y lesiones que se produjeron por su culpa. Al día siguiente la Casa Blanca envió la siguiente declaración como control de

daños: “El presidente aseguró en su declaración de ayer que él condena todas las formas de violencia, intolerancia y odio. Por supuesto que eso incluye a los supremacistas blancos, neonazis, Ku Klux Klan y a todos los grupos extremistas”.

Cuando recién me enteré de la situación, me resultaba algo inconcebible. Sonaba como un hecho salido de un libro de historia, ya que creía que este tipo de protestas incivilizadas ya no sucedían más. Me resultaba imposible que hubiera personas con una mentalidad tan retrógrada. Sin embargo, esta desastrosa situación me hace cuestionarme si como sociedad no estaremos retrocediendo.

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