
4 minute read
¿Predeterminados a Creer?

La soberanía de Dios, libertad, fe y responsabilidad humana.
Advertisement
Autor : John C. Lennox.
Publicado por : Publicaciones Andamio. Barcelona, 2020. 396 pp.
Reseña por : Roberto González Acevedo
Los debates sobre el determinismo, ya sea físico o teísta, no son nuevos. Sus precedentes se remontan a fechas tan lejanas como el siglo V, entre Agustín y Pelagio; Lutero, Erasmo, Calvino y Arminio, siglo XVI; Whitefield y Wesley, siglo XVIII. Y a partir del legado de Jonathan Edwards, se lo asocia hoy en día con influyentes autores de la talla de Sproul, MacArthur y Piper. La revista Time llamó a este “nuevo calvinismo” una de las “diez ideas que están cambiando el mundo hoy en día” (fin de la cita que personalmente considero como una observación exagerada).
El atractivo de un sistema teológico como éste, para la gente joven en especial, se puede atribuir a su indudable peso intelectual e histórico; capaz de producir una reacción contraria a determinados tipos de un cristianismo aguado, superficial y ubicuo, con muy poco espacio disponible para una reflexión bíblica sólida; mientras concede demasiado campo a unos esquemas cómodos, suaves y centrados en uno mismo, que buscan el bienestar del ser humano, llegando a crear un dios a su propia imagen. Nuestro autor “se moja” al decir que simpatiza con esa reacción; alegando “la falta de profundidad lógica y de conocimiento bíblico en muchos contextos que se profesan cristianos”. Y lo califica de deplorable.
Con todo, también se pueden presentar los peligros derivados de un cierto entusiasmo, que pueden tener lugar al tratarse de gente muy joven, las cuales, ante las enseñanzas fundamentales que reciben,”se inclinan tanto hacia el lado determinista del espectro, que dan la impresión de poner en duda el amor y la bondad de Dios”.
Dos peligros a señalar, y que pueden presentarse al tratar este asunto, son los que John C. Lennox denomina: 1 –Peligros con las etiquetas; 2 – Peligros con los paradigmas. El primero tiene que ver con las adhesiones ante las diferencias de opinión que tienen lugar entre grandes siervos de Dios a quienes tanto debemos y que tanto han contribuido a la obra del Evangelio: Wesley, Whitefield, Spurgeon, etcétera. Las enseñanzas de Pablo respecto de las adhesiones, que dan lugar a conflictos, están muy claras en 1ª Corintios 3:21-22; si en definitiva – exclama el apóstol – “todo es vuestro…” En cuanto a lo segundo, los paradigmas… permítaseme presentarlos con un toque de ironía, como pregunta: ¿no estaremos buscando apoyo para nuestra posición preconcebida, y tan determinista como nuestro determinismo?
Tanto la soberanía de Dios como la responsabilidad del hombre se hallan en la Biblia. Es más: si no tuviésemos la Biblia, es bastante seguro que no se nos ocurriría discutir tan siquiera sobre ambos conceptos. Y es un hecho que debemos someter a la Biblia nuestras teorías y sistemas; nunca la Biblia a nuestros sistemas y teorías.
¿Cómo, pues, se podrán resolver las tensiones que inevitablemente surgen entre las distintas formas de enfrentar la soberanía divina con la responsabilidad humana? Lennox adopta el procedimiento de Carson; por lo tanto, su método consiste en comenzar por lo que la Biblia dice, para relacionarlo con las dificultades que surgen a partir de las diversas interpretaciones.
Un error de fondo está en pretender que la relación de Dios con el tiempo se parece en algo a la nuestra. La comparación no es en absoluto posible ni correcta. Porque el tiempo es un ser creado y Dios es eterno; así que, los conceptos de pasado y futuro no tienen nada que ver con Él.
La capacidad de los seres humanos para alcanzar la salvación, es, en el mejor de los casos (si es que esto se diera) muy limitada; cercana, incluso, a la total incapacidad.
Los tres argumentos manejados por los deterministas tienen peso y contundencia; a los cuales debe añadirse la personalidad y el prestigio de quienes los exponen y mantienen. Lennox les sale al paso mediante una explicación de los textos bíblicos relacionados con los distintos posicionamientos.
Sin exponerla con claridad, no resulta demasiado difícil llegar a conocer la posición del hermano Lennox acerca de estos temas; siendo notable la delicadeza y elegancia con las cuales defiende su manera de pensar, ante aquellos que mantienen posiciones diferentes; tratando con precisión y seguridad sus interpretaciones de los textos, sin pretensiones de exclusividad. Ya que no se observa ningún tipo de determinismo que permita negar la salvación a unos seres humanos caídos.
En los capítulos 7 a 10 del evangelio de Juan, John Lennox da con un manojo de argumentos, de los cuales se sirve para establecer una relación del Evangelio con la responsabilidad moral de los seres humanos. Con su interpretación de Romanos 8:18 ss, casi podríamos afirmar que nuestro autor convierte el título de su obra ¿Predeterminados a creer? de interrogativo en una afirmación completa: Predeterminados a creer.
A destacar: el capítulo dedicado a la seguridad de la salvación, bajo el título de “La garantía cristiana”. Como es habitual a lo largo de la obra, se trata de un análisis exegético, y muy completo, de los pasajes directamente relacionados con el tema, incluidos aquellos que parecen suponer la posibilidad de perder la salvación. Y se incluye también un tratamiento de aquello que, desde tiempos antiguos, fue denominado como “la perseverancia de los santos”.
En esta reseña nos hemos dedicado a exponer una pequeña parte de cuánto hemos encontrado con la lectura del libre de John C. Lennox; sin posicionarnos en ninguno de los sentidos posibles. Para saber más, es necesario acometer la lectura del libro. Nuestras reseñas jamás pretenderán algo tan cursi como podría ser el tratar de leer el libro para otros.
Han transcurrido cincuenta años casi, desde que un hermano, expositor de la Palabra y buen enseñador y maestro, ante las preguntas de jóvenes inquietos por aquellos temas que no aparecen suficientemente claros en la Escritura, tenía siempre muy a punto el texto de Deuteronomio 29:29 “Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros… para siempre”. Lo mencionamos ahora porque recobra toda su actualidad, llegados a este punto, ante unos temas que pueden resultar conflictivos para muchos.
Hay un cántico antiguo, no muy utilizado en nuestros días, en cuyo estribillo están unas frases que nos resultan muy apropiadas en el momento de poner fin a la presente reseña. Helas aquí:
“En nación patria de solaz, gozaremos de perfecta paz / Veremos cara a cara al Salvador / Y lo entenderemos todo más allá”