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Infancias en el consultorio virtual
Infancias en el consultorio virtual
María Agustina Traverso
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“En la búsqueda de lo posible”
“Tengo miedo a contagiarme de Coronavirus”. “No puedo salir de mi casa”. “Extraño ver a mis abuelos”. “Me pone triste no ver a mis amigos del colegio”. “Extraño ir a la escuela”. “No entiendo cuando la maestra explica en las clases en el Meet”. “Quiero que vuelvan las clases presenciales”. “No quiero volver al colegio”. “Estoy muy atrasada con las tareas de la escuela porque me cuesta sentarme a estudiar en casa y me distraigo con el celular”. “Tengo miedo que mi mamá y mi papá se contagien y se mueran por el virus”. “¿Cuándo se va el Coronavirus?”
Estos y muchos más interrogantes e inquietudes empezaron a manifestar los niños y niñas en su espacio terapéutico a partir de la irrupción de manera sorpresiva de la pandemia a nivel mundial a partir de marzo del año 2020. Aislamiento. Distanciamiento.
Tanto en el Centro de Salud Mental Nº 3 “Dr. Arturo Ameghino”, del cual formo parte como becaria en el Equipo Infanto Juvenil del Turno Vespertino, como en los otros efectores de salud públicos, se han generado diversos interrogantes entre los profesionales en la manera de proceder frente a la irrupción sorpresiva del nuevo virus y la imposibilidad de sostener tratamientos de forma presencial. En el Centro Ameghino, ahora más que nunca, se da un entrecruzamiento marcado entre las políticas de salud pública y el psicoanálisis, en el cuál, se han implementado protocolos de acción frente a la recepción de nuevas consultas mediante la apertura de líneas telefónicas, modo de seguimiento de tratamientos en curso mediante llamadas o videollamadas y el uso de elementos de cuidado de los profesionales (barbijos, máscaras, etc.), que impactan directamente en el encuadre que creíamos “tradicional” de un análisis. Sin dudas, que a esta altura nos podemos replantear que entendemos por un “encuadre tradicional”. ¿Hay una única forma de encuadrar un tratamiento psicoanalítico?
Aquí se presentó un desafío para los profesionales psicólogos: ¿Cómo atender a nuestros pacientes, si no pueden venir al consultorio? Entonces surgieron las videollamadas como la alternativa más viable para poder seguir en contacto. Se nos plantea la siguiente cuestión: ¿Una videollamada puede reemplazar una sesión presencial? Atender a un paciente por medio de la virtualidad nos remite a una pérdida. No hay encarnadura de un cuerpo en presencia y esto se suplanta por la voz y la imagen. Los niños y niñas que atendemos se enfrentan a su propia imagen frente a la cámara. ¿Puede ser intrusivo o perturbador ese encuentro con su imagen especular? Esta pregunta puede orientarnos en por qué algunos pacientes presentan dificultades para sostener un tratamiento por videollamada o directamente se niegan a estar frente a una cámara. Otros, tampoco aceptan la modalidad virtual porque no encuentran un espacio de intimidad en su propia casa. Entonces, con los pacientes que sí aceptan continuar el tratamiento por videollamada, se generaron distintos avatares, inéditos hasta el momento. En ocasiones, implica sortear los problemas de conectividad, en el audio y en el congelamiento de la imagen. Es pertinente transmitir la dificultad que se le presenta al analista de niños cuando tiene que llevar a cabo una sesión por videollamada, dado que una de las modalidades de intervención es mediante el juego. ¿Cómo jugamos con un niño con una pantalla de por medio? ¿Cómo hacer que algo de la presencia del analista se pueda jugar en un espacio diferente al del consultorio? En épocas previas a la pandemia, cuando se atendían niños en el consultorio, la escena más común era ofrecer la caja de juego, y que el paciente pueda elegir jugar a lo que más le guste. Pero en esta ocasión, con la pantalla de por medio se hizo imposible. Entonces, en la búsqueda de lo posible, comenzamos a evaluar otras alternativas haciendo uso de la creatividad para realizar intervenciones. Aprendimos a utilizar Zoom, Meet y otras plataformas virtuales. Compramos goma eva e hicimos títeres y muñequitos que puedan atravesar la pantalla para llegar junto a nuestros pacientes. Armamos avioncitos con palitos de helado junto con los niños al otro lado de la pantalla. Avioncitos que pudieran volar bien alto y lejos de esta pandemia. Jugamos al bingo, a las adivinanzas, a las cartas, tutti frutti, a la búsqueda del tesoro. Hicimos dibujos compartidos en el Zoom. Compartimos juegos virtuales. Algunos niños mostraron sus juguetes preferidos frente a la cámara y se intentó armar un juego simbólico con los juguetes del analista. A estas alturas nos
comenzamos a preguntar: ¿Podemos hacer psicoanálisis desde un consultorio virtual? El entretiempo de la cuarentena nos impulsó a elaborar nuevas formas de intervención creativas y singulares. De esta manera se apostó a poder dar continuidad al análisis en el consultorio virtual, sin perder de vista la dimensión subjetiva.
Antes del establecimiento de la Cuarentena, los niños tenían una rutina fuera de su hogar, en la cual iban al colegio, visitaban a sus amigos y a sus familiares. Alba Flesler (2020) refiere que los niños y sus padres tenían canales de goce exogámico. A partir de las medidas de aislamiento social, al no poder salir de sus casas, se cerraron estos canales de goce y se observó en muchos niños la regresión a goces primarios (por ejemplo: enuresis, llantos inmotivados, volver a dormir en la cama de los padres, dificultades en el sueño, entre otros).
La situación de pandemia y aislamiento, generó que los niños comenzaran a exteriorizar en el tratamiento sus preocupaciones más frecuentes: ansiedad y tristeza ante la imposibilidad de ver a sus familiares y amigos, no poder salir de su casa, miedo a enfermar de COVID-19, miedo a la muerte de los progenitores por enfermedad, dificultades para sostener la continuidad pedagógica en las escuelas, sensación de soledad, incertidumbre, entre otros.
De acuerdo a lo planteado por Alba Flesler (2020) los padres del niño se dirigen a la consulta desorientados y angustiados ante este nuevo escenario. ¿Cómo podemos abordar las entrevistas con los padres desde la virtualidad? Siguiendo a Beatriz Janin (2020), es importante poder alojar desde un espacio de escucha la desorientación, el desborde o la angustia de los padres frente a este contexto inédito, a modo de que los niños y niñas no queden desamparados y solos en el encierro endogámico.
Podría pensarse que la presencia del analista desde la virtualidad se ofrece y se presenta allí como una ventana al exterior dentro del encierro endogámico. Desde el consultorio virtual, el analista sigue sosteniendo su función desde una posición ética, en su deseo de analizar. Lacan en el Discurso de Roma (2003/1953) decía: “Mejor pues que renuncie quien no pueda unir a su horizonte la subjetividad de su época”. En esta época particular, la pandemia como nuestro horizonte, implicó un punto de ruptura en la continuidad de la rutina de los niños y niñas. Lejos de renunciar, es de 160
vital importancia que el analista pueda sostener su función y su presencia como un tejedor, que pueda hacer un entramado entre los síntomas singulares del paciente y la subjetividad de su época…aún desde lo virtual
Bibliografía:
Cabuli, Adriana y Pipkin, Mirta. (2020) Conferencia: “Interrogantes clínicos en tiempos de pandemia”. AEAPG. Link: https://www.youtube.com/watch?v=0e6_--4drAQ Flesler, Alba (2020) Conferencia: “Padres actuales: Inhibición, Síntoma y Angustia”. Instituto Ulloa. Janin, Beatriz (2020) “Niños, adolescentes y padres en épocas de Coronavirus” en Actualidad Psicológica. Buenos Aires. Lacan, Jacques (2003) “Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis” en Escritos, Vol. 1. Siglo Veintiuno Editores. Buenos Aires. Plut, Sebastián (2020) “Los Coronautas: pacientes y analistas en Cuarentena” en Actualidad Psicológica. Buenos Aires