Personaje
EN CASA DEL MAESTRO
El escultor Alonso Ríos visto en su ambiente, tallando, pintando, escribiendo. La producción Artística en la paz de su hogar.
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esde la portada de la finca se escucha el golpeteo del mazo contra la gubia y poco después los ladridos desesperados de Hermes. El maestro vuelve a la tierra con el campañazo que anuncia la presencia de visitantes, suspira profundo, se sacude el ripio de madera que ha extraído con las herramientas y se dirige hacia la entrada para recibir a los recién llegados, con su característica amabilidad. La casa del Maestro Alonso Ríos es espaciosa, iluminada, fresca y acogedora. Olga Lucía, su esposa, cuida con caprichoso rigor el jardín circundante, las begonias, los anturios, su Cuna de Venus, los geranios, los cartuchos y otras tantas variedades de plantas que aseguran la presencia de flores en todas las épocas del año. Chispas acaba de morir y la responsabilidad de cuidar el predio le corresponde ahora a un enorme pastor
alemán llamado Hermes, quien hace bien su trabajo, pues nada entra o sale de la finca sin ser olfateado previamente y con desconfianza. Como buen paisa, el maestro invita a las visitas a hacer un recorrido por su casa, explicando la historia de cada escultura y de cada pintura, luego ofrece un vaso de refresco y ya en el amplio corredor comienza lo mejor de la visita: su charla amena, su conversación fascinante. ALONSO RÍOS VANEGAS es un escultor antioqueño, nacido en Medellín en el año de 1944 y casi desde que tiene memoria se ha sabido artista. Es, tal vez, el último de una especial generación de artistas plásticos, contemporáneos de Rodrigo Arenas Betancourt –de quien fue discípulo- y que hallaron en la sublimación de la figura del hombre el más importante y trascendental tema, perpetuado de manera muy especial en Antioquia. Ha participado en muchas exposiciones colectivas e individuales, además de que su rica producción escultórica está diseminada principalmente por su ciudad natal en unidades residenciales, edificios, corporaciones, instituciones y en la Universidad de Antioquia, donde fue docente durante más de tres décadas y donde dejó su recuerdo imperecedero bajo la forma de cinco esculturas, dos de las cuales son: El Sembrador de Estrellas, símbolo de la Facultad de Ingeniería, y El Maestro Forjador de Futuros, símbolo de la Facultad de Educación. Es un escultor libre que ha logrado conservar un estilo muy fresco, sublimando al hombre y su energía
creadora sin haberse nunca esclavizado de una sola doctrina. Cada una de sus obras es una oda al hombre, a su fortaleza, a su belleza física, a su armonía, a su interacción con el espacio, con la energía, con el tiempo y con la misma tierra; pero es el hombre en toda su magnificencia y perfección. Su exploración incesante, tenaz y aguda por el universo del arte lo ha llevado a cultivar un sinnúmero de técnicas bidimensionales y tridimensionales, creando de esta manera su propia gama de trabajo conformada por sus experiencias en el grabado, el lápiz, el óleo, la talla de múltiples materiales, principalmente maderas y piedras, el modelado en barro, en arcilla, en yeso; el duro trabajo en el bronce milenario, el mundo multicromático del vitral y el experimentar reiterado con la moderna fibra de vidrio. Tal vez sean muy pocos los materiales con los que sus manos no hayan jugado y su mente haya transformado, y ello le ha dado la certeza de las formas infinitas en que puede materializarse el pensamiento humano, lo que corroboró luego con su incursión en otro mundo maravilloso: la escritura, habiendo ya producido exitosamente dos libros en los que mediante una prosa sencilla y profunda narra de forma amena los rasgos y sucesos más importantes de su vida y de Medellín, convirtiéndose A golpes de Cincel en la Memoria , Los Ríos Cuentan y Los Tormentos de Anita en retratos de la capital de Antioquia desde la época de su infancia y de Belén, la vereda de Marinilla donde ha vivido más de la mitad de su vida. La casa del maestro es un tesoro del Oriente y el maestro Ríos es su custodio, sin egoísmo, por el contrario, quienquiera conocerlo, solo debe tocar la campaña y esperar el saludo afable de uno de los más grandes art´sitas de la plástica colombiana.
Cultura
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