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Presentación del libro “Arroyos de Buenos Aires: Enterrados pero vivos” - Por el Ing. Civil Enrique Sgrelli Presidente Honorario del Consejo Profesional de Ingeniería Civil (CPIC)
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Se llevó a cabo la presentación del libro “Arroyos de Buenos Aires: Enterrados pero vivos”. La obra, cuyo autor es el Ing. Civil Martín Diego Civeira, fue prologado por el Ing. Civil Adolfo Guitelman y el Dr. Ing. Civil Rodolfo Daniel Aradas. El trabajo revisa la historia y características de las cinco cuencas más importantes que atraviesan la CABA, de acuerdo con su superficie y longitud: El Radio Antiguo y los arroyos Vega, Medrano, Cildáñez y Maldonado. La ciudad de Buenos Aires presenta un subsuelo rico en cursos de agua, aunque prácticamente ninguno puede observarse en la actualidad. Décadas atrás, la ex Capital Federal incluía en su tejido urbano: arroyos, cañadas, pequeñas lagunas y canales a cielo abierto, que servían como lugar de esparcimiento. El sistema de drenaje original, compuesto por los arroyos que la atravesaban, ha sido sustituido por un conjunto de emisarios y conductos secundarios enterrados; fueron construcciones realizadas principalmente entre 1927 y 1954. Arroyos que hoy se presentan enterrados, pero más vivos que nunca. Estos son los temas que revisa, con carácter histórico, el libro “Arroyos de Buenos Aires: Enterrados pero vivos”, la más reciente publicación que presentó nuestro Consejo en formato digital, el pasado 28 de octubre del corriente año. Su autor, el Ing. Civil Martín Civeira expresó: “Prácticamente, un siglo después de tomarse la decisión de enterrar los arroyos capitalinos y sesenta y cinco años más tarde de cubrirse totalmente al último de ellos,
podemos decir que se ha logrado, trabajosa y costosamente, un acotamiento de los efectos negativos de las otrora frecuentes inundaciones, bien por desborde de las cuencas naturales o por falta de capacidad del sistema artificial de desagüe. Una victoria pírrica, luego de décadas de sucesivas e interminables correcciones a la performance hidráulica a las que nos ha obligado la adopción del modelo de arroyo entubado. Dicho modelo posee un comportamiento peor respecto del de cielo abierto, dada la cantidad de obstáculos artificiales que debe enfrentar el flujo soterrado. Nuestra ciudad creció con una actitud de negación de la naturaleza, como si la urbe conformara un atributo distinto respecto del campo. No es tarde para pensar en recuperar y revitalizar alguno de los ríos y arroyos que supimos tener, tal como se ha llevado a cabo en numerosos puntos del planeta”, concluyó Civeira. Por su parte el Dr. Ing. Civil Rodolfo Daniel Aradas, sentenció: “Este gran trabajo presenta un muy interesante recorrido por los rasgos naturales de la red