Revista Coroto 2

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convencido de que la historia de la bomba volvería a repetirse en la guerra de Corea, según lo había advertido Harry S. Truman, el mismo presidente estadounidense que autorizó la incursión atómica sobre Japón. Considerándolo como el autor más extraordinario de los hibakusha, Kenzaburo Oé acude a Hara para abundar en el doloroso relato que del 6 de agosto del 45 hiciera el doctor Fumio Shigeto, miembro entonces del Hospital de la Cruz Roja y posterior director del Hospital de la Bomba Atómica: DENME AGUA ¡Denme agua! ¡Denme agua! ¡Ah! ¡Denme agua, déjenme beber! ¡Prefiero morir,

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morir!

ensayo

¡Ah! ¡Ayudadme, ayudadme! ¡Socorro! ¡Agua, agua! ¡Os lo ruego! Alguien… ¡Ah… Ah… Ah… Ah…! ¡Ah… Ah… Ah… Ah…! El cielo se parte; las calles desaparecen; el río, ¡el río fluyendo! ¡Ah… Ah… Ah… Ah…! ¡Ah… Ah… Ah… Ah…! La noche se acerca a estos ojos resecos;

| número 2 [corototeca]


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