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Resplandor de mayo

No es un fantasma que recorre el mundo, ni un ciclón. Es el trepidar de un cansancio y tedio, de un malestar y un malvivir en una civilización de valores convertidos en precios y una cultura de podredumbre y ética de vómito y pus. De hombres cifra tasados en datafinanciero, en megustacracia de la mayoricracia imperial.

Es el resplandor de mayo: el repudio a unas costumbres caducas y la irrupción de nuevas maneras, no el clamor a la institucionalidad sino la construcción de nuevos perfiles en atención al clamor de la tierra por una conexión amigable, construcción de nuevas maneras de relacionarse, producir y consumir como humanos tierra con pie a tierra, en sintonía con la naturaleza.

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No el canto mesiánico de un ángel exterminador o redentor sino el grito de las muchas voces del tumulto, fustigando los caducos y podridos valores de los vencedores y pujando por cambio civilizatorio.

No el clamor a la institucionalidad, sino el repudio en masa, sin líderes ni jefes, por el empoderamiento común.

No es un fantasma que recorre el mundo, ni un ciclón. Es el estallido de muchas hambres insatisfechas: hambres de amor, hambres de ternura, hambres de pan, vestido y techo; hambres de educación y empleo digno. Hambres de ambientalizar la vida en conexión amigable con la tierra y sus territorios. Hambres de respeto a la dignidad de vivir. Hambres de recuperar los sueños que nos han matado, para el reencantamiento del mundo…

El fin del afán, Santelena, mayo 18 2021