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PASTO TANGOLA, UNA PASTURA QUE ESTÁ CRECIENDO
SUElOS Y paStUraS - paStO taNGOla, UNa paStUra QUE EStá CrECiENdO
Foto 1. Ambiente de bajos del este de Chaco y Formosa, apto para implantación de pasto Tangola
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Estos últimos años se está hablando, dentro del ámbito agropecuario del nordeste argentino, cada vez más del Pasto Tangola.
¿Qué es el Pasto Tangola?
Joaquín Dante Pueyo Ingeniero Agrónomo – Fac. de Ciencias Agrarias de la UNNE, Corrientes - Master en Producción Animal, Producción y Utilización de Pasturas – Facultad de Ciencias Agrarias, Univ. Nac. De Mar del Plata, Unidad Integrada INTA – F.C.A, Balcarce. (*) Bueno, en principio es una especie forrajera tropical, también llamada “megatérmica”, muy promisoria para la ganadería de la región.
Se trata de un híbrido natural (es decir, no creado por el hombre) de dos especies del género Brachiaria (hoy Urochloa), uno es el conocido pasto pará o pasto Siam (U. mutica) y el otro es el tanner grass (U. arrecta). Este pasto fue identificado en Brasil e introducido a nuestro país a través de guías o estolones, puesto que no posee semillas fértiles. Al igual que sus dos padres o progenitores, se desarrolla y produce muy bien en presencia de agua en superficie (hasta 30 – 40 cm), aunque no necesariamente debe estar en presencia de agua. Esta característica la hace adaptable a una gran superficie de la Región Chaqueña húmeda y Corrientes, donde encontramos ambientes bajos de esteros y cañadas. Pero esos bajos, normalmente con una rica población de gramíneas forrajeras, en presencia de períodos secos, como lo fueron los últimos dos años, se secan y bajan sustancialmente su producción, lo que no sucede con Pasto Tangola. Esta plasticidad es una de las características principales, pues lo hace ideal para todos aquellos sitios de suelos arcillosos con alternancia de encharcamiento, como los pajonales, palmares o espartillares lo cual, sumado a la superficie con esteros y bajos, alcanzaría unos 4 millones de hectáreas aptas para su implantación en toda la región, por ello tiene una alta adopción por parte de los productores (foto 1).
Se conoce de experiencias exitosas, además de Chaco y Formosa, en Corrientes, Santiago del Estero, Norte de Santa Fe y norte de Entre Ríos. Además, productores ganaderos que iniciaron a modo de prueba con un semillero u un pequeño lote de pastoreo, han llegado a cubrir hasta 400 hs de Tangola en su establecimiento, teniendo conocimiento también de una empresa ganadera en la provincia de Formosa que superó lasa diez mil hectáreas implantadas.
Se disponen de dos ecotipos, tangola EC160 y EC161, muy similares en su aspecto, expresando sus diferencias en la estructura de sus tallos y en la proporción de hojas. El tangola EC161, posee tallos con huecos de mayor diámetro y paredes más frágiles, con mayor proporción de láminas foliares y toleran un nivel de agua mayor que el tangola EC160.
Implantación:
Como decíamos, no posee semillas fértiles, de ahí que su implantación es a través de guías o estolones (reproducción agámica), habiendo diferentes formas y métodos de implantación. Al tratarse de reproducción agámica, lo primero que debe hacer un productor que desee incorporar tangola en su campo, es hacer un semillero (foto 2). Para saber que dimensiones debería tener ese semillero, debe tener en cuenta que de una hectárea se pueden trasplantar 50 has, aproximadamente, en 1 año. Es de suma importancia la elección del lugar, la densidad de plantación y el manejo inicial del semillero para lograr éxito.
El lugar debe ser un sitio en el cual no necesariamente tenga agua en superficie, pero de suelo arcilloso, con buena humedad y que se pueda regar en caso de ser necesario, pero fundamentalmente que esté relativamente cerca del lote en el cual luego se implantará para producción, de esta manera evitará costo y trabajo de movimiento de material. Es importante, para poder obtener material para siembra lo más rápido posible, utilizar guías ya enraizadas (esquejes, foto 3) y fertilizar el semillero. De esta manera es posible tener material para su multiplicación en relativamente poco tiempo.


La densidad recomendada para la implantación de esquejes enraizados es de 1 x 1m. Además, la utilización de estos esquejes enraizados es la forma más práctica y económico de conseguir material procedente de sitios lejanos, puesto que ocupan muy poco lugar, a diferencia de cargar guías recién cortadas, las cuales tienen mucho material verde no apto para siembra. Cabe aclarar que desde El Colorado se han enviado hasta 20.000 plantines acondicionados adecuadamente, hasta lugares como Reconquista (Santa Fe) o Paso de los Libres (Corrientes) a través de empresas de ómnibus.
Para la implantación a campo hay diversas formas o métodos, desde la utilización de máquinas implantadoras (tipo pangoleras) hasta desparramar guías sobre el suelo con mayor o menor preparación del mismo. Pero una de las formas más práctica, económica y eficiente es la siguiente: preparar el suelo con una o dos pasadas de rastra de disco tipo romme, para ello en el caso de campos bajos se debería hacer a la salida del invierno, cuando todavía no presenta agua en superficie. Luego desparramar el material obtenido de los semilleros y posteriormente volver a pasar una rastra, no muy cruzada para que corte y tape parcialmente las guías (fotos 4, 5 y 6). Posteriormente, cuando brote y se desarrollen las nuevas guías, estas lo harán sobre el suelo desnudo y las raíces que se producen en cada nudo tomarán contacto directo con el suelo formando nuevas plantas. Este método nos está marcando otra ventaja comparativa del pasto Tangola en cuanto a costo de implantación, en comparación con especies como el pasto pangola, por ejemplo, especie introducida y muy difundida en la región NEA por su adaptación al medio, buena producción y excelente calidad, pero

con muchísimos problemas de implantación, tanto por su costo como por el tiempo necesario para lograr un lote productivo, de uno a dos años, mientras que en el caso de Tangola, a los 5 o 6 meses se puede contar ya con lotes en plena producción.



Foto 4, 5 y 6: Preparación de suelo, distribución de guías de Tangola y paso de rastra para su implantación
Un aspecto muy positivo de este método es la pasada final del disco porque además de cortar y tapar parcialmente la “semilla” de Tangola, simultáneamente está haciendo un control de malezas, y esto es fundamental y de suma importancia para su rápida implantación y cobertura, tal como describíamos más arriba. En muchos casos se distribuye material de Tangola en suelos que pudieron haber sido movidos por rastras, pero que ya están comenzando a tener vegetación natural. En estos casos el Tangola brotará sin inconvenientes, con muchas y largas guías, pero al encontrarse con esa vegetación en el terreno, las guías no toman contacto con el suelo, de manera que las raíces que pudieran desarrollarse en los nudos no toman contacto con el suelo y la planta no se “fija” al suelo. Es decir que al haber pastoreo, el animal al consumir esa porción de planta, no permita que se vaya cubriendo el suelo.

Foto 7: Pasto Tangola con 5 meses de implantado en EEA El Colorado.
Manejo:
Una vez implantado y lograda una buena cobertura del suelo se debe hacer el primer pastoreo (4 o 5 meses), pero no muy intensivo, por lo que explicábamos al principio, que las nuevas guías que se forman deben enraizar y fijarse bien al suelo para que no sean arrancadas o desprendidas por el animal. Otra alternativa es, alta carga animal durante poco tiempo, favoreciendo más bien su pisoteo que su consumo, esto permite aumentar el número de guías en contacto con el suelo y de esa forma la densidad de plantas y cobertura del terreno. Es importante se este primer pastoreo de formación se hace luego de una lluvia, con el fin de favorecer el contacto de los tallos o guías con el barro.
Respecto del tipo de pastoreo, y sin ir a discusiones sobre la conveniencia del rotativo y el continuo, siempre es conveniente la división del potrero en lotes para poder lograr un mejor manejo, producción y persistencia de una pastura. Este apotreramiento se acentúa más cuando se trata de potreros grandes porque en esos casos aparecen muchos sectores sobrepastoreados y otros subpastoreados, lo que nos está marcando una deficiencia en la utilización del pasto. A esto lo llamamos “baja eficiencia de cosecha”.
Además, es recomendable luego de cada pastoreo dejar siempre suficiente remanente de hojas verdes, este manejo permitirá a las plantas un rápido rebrote y recuperación del lote.
Debido a que su crecimiento se da durante la primavera, verano y otoño, y las bajas temperaturas del invierno reducen su biomasa verde, o bien se secan con las heladas, es factible su utilización en el invierno realizando clausuras de lotes (forraje diferido en pie). Lógicamente en estos casos es necesario, para su mejor aprovechamiento, la suplementación proteica, la cual balancea más la dieta y permite (el nitrógeno) mejorar la digestibilidad del forraje seco o helado.
Producción y calidad:
La producción de biomasa, al igual que el resto de las especies forrajeras, va a variar de acuerdo a las características del ambiente donde se lo implanta (fertilidad, ph, textura del suelo, nivel de anegabilidad, etc.). En suelos de buena fertilidad, su producción puede alcanzar los 13000 a 14000 kg MS/ha/año. Es de excelente palatabilidad y aceptación por los bovinos.
Los valores de proteína bruta varían de 8 a 11% en planta entera y llegan a valores de 18% en hoja en el otoño. La digestibilidad de la materia seca es alta, en comparación con la mayoría de las especies megatérmicas.
Más allá de que no hay casi trabajos de medición de producción de carne medidos con precisión, si se han obtenidos aumentos de receptividad muy marcados en ambientes de pajonales como la paja brava (Panicum prionitis) en la provincia del Chaco. Estos pajonales generalmente no pasan de 0,30 EV/ ha, sin embargo, se lograron cargas de 1,5 EV/ha, es decir cinco veces más.


Hagamos un ejercicio de producción de peso vivo por hectárea tanto para cría (vacas) o recría (vaquillonas y/o novillitos). Para el caso de vacas de cría tenemos el pajonal natural con una carga de 0,3 EV/ha (1 vaca es igual a 1 EV, por ello tendríamos 1 vaca/ha) con porcentaje de destete del 60% y un peso al destete promedio de 160, versus una pastura de Tangola que puede soportar una carga de 1,2 EV/ha, con un 70 % de destete y 180 kg de peso al destete. De esta manera se obtendría una producción de carne de 29 kg/ha/año (160 kg * 0,3 Vaca * 60% destete) en el pastizal natural versus 151 kg/ha/año (180 kg * 1,2 Vaca * 70% destete) en la pastura de Tangola. Esto significa 5,3 veces mayor producción.
Haciendo un análisis similar en la recría, consideramos 1 EV igual a 0,75 cabezas. Al pastizal se le atribuye una receptividad de 0,3 EV/ha, lo cual significa una carga de 0,4 cab/ha, y le asignamos un aumento anual de peso de 80 kg por cabeza. En consecuencia, la producción anual sería de 32 kg de carne por hectárea.
En el caso de una pastura de pasto Tangola consideramos 130 kg de aumento de peso anual (una expectativa de mínima), con una carga de 1,3 EV/ha (1,7 cabezas) estaría produciendo 169 kg de carne/ ha/año, es decir, 5,3 veces más de producción de carne que el pastizal, un valor similar al de cría.
Pero si ajustamos bien el manejo, como se mencionó más arriba, el potencial de producción es aún mayor, atendiendo que es posible emplear dos cabezas por hectárea, que se puede llegar a un aumento de 150 kg anuales por cabeza y que, en el caso de suplementación estratégica se puede llegar incluso a los 180 – 200 kg de aumento de peso anual.
Conclusiones:
En primer lugar, hay que destacar que es una especie que alcanzó una buena difusión y adopción por parte de los productores.
Que esta adopción se dio por la relativa facilidad de implantación y accesibilidad en los costos, en comparación con otras especies forrajeras de reproducción agámica, presentando además una amplia ventana de implantación (septiembre a mayo)
Por ello es una especie muy promisoria para incrementar la superficie implantada con pasturas, además de su plasticidad en cuanto a ambientes adecuados para su instalación y producción, que va desde bajos con pelos de agua (20 – 30 cm) hasta medias lomas sin períodos de anegamiento.
El manejo de la pastura es relativamente sencillo, puesto que no se llega a “encañar” demasiado, pero si lo hace se puede recuperar con altas cargas instantáneas. Además, se recupera rápidamente en primavera luego de las heladas y se adapta tanto a pastoreo continuo como rotativo, siempre prefiriendo este último por la mayor facilidad de controlar la cosecha de calidad (más hojas que tallos) y mejorar la eficiencia de cosecha del forraje por parte de los animales.
N/R El ingeniero Pueyo ha sido Asesor Técnico de Grupos GAICO en SanCor (La Rubia y Ceres, Santa Fe), - Asesor Técnico de la Asociación Cooperadora de la EEA El Colorado de INTA e investigador de pasturas en la Experimental, -Técnico investigador en Pasturas Megatérmicas y Producción Animal en de la EEA El Colorado, - Jefe del Grupo de Recursos Naturales y Producción Animal, - Coordinador del Área de Investigación de la EEA El Colorado, -Técnico Investigador de la EEA Corrientes de INTA, Grupo de Ganadería Subtropical.



