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RESTAURAMOS EL “CORAZÓN DE GUANAJUATO”
Por: Octavio Hernández Díaz
Guanajuato es una ciudad milagrosa, es un lugar en el mundo que, desde siempre, ha sido un singular atractivo para habitantes y visitantes, es una ciudad establecida sobre oro y plata, pero también sus habitantes lo son.
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Diariamente disfrutamos sus plazas, sus callejones, sus jardines, sus minas, su arte y cultura; los guanajuatenses somos festivos y hospitalarios; Guanajuato es una ciudad de ensueño, platicamos de quienes nos precedieron y que han trascendido a otro plano, pero que aún “viven entre nosotros”, porque su trabajo, su intención y su pensamiento quedaron plasmados en la arquitectura que hoy vemos.

La generación a la que los actuales guanajuatenses pertenecemos, aportaremos también un maravilloso capítulo a las efemérides de nuestra bendita tierra, conservaremos la imagen de Nuestra Señora de Guanajuato, para las futuras generaciones, nos sentimos bendecidos porque nos ha correspondido, ofrecer a los niños, jóvenes y familias futuras, un legado de oro y plata: Embellecer a nuestra Santísima Virgen María.
Fue un 9 de agosto de 2022 que, con la aprobación del Padre Rubén de la Cruz Martínez, Rector de la Basílica Colegiata de Nuestra Señora de Guanajuato, tuvimos el primer acercamiento con la sagrada imagen de la Virgen María; un estudio básico de imágenes que registró el grave deterioro que presentaba y que, de alguna manera nos alarmó y activó a sugerir medidas de intervención profesional, para lograr conservar la hermosura de tan importante figura religiosa.
A partir de ese momento, se dieron pasos contundentes en la conformación de documentos necesarios, debidamente sustentados y justificados, para la necesaria autorización de iniciar la bondad del proyecto; afortunadamente, cada trámite, cada gestión, recibió la aceptación oficial y, en especial, el valioso asentimiento de la sociedad guanajuatense; nos dimos a la tarea de convocar a nuestros paisanos para que, con su apoyo económico, fuese posible llegar a la meta de conservación de Nuestra Señora de Guanajuato, pues ella significa la fusión de los guanajuatenses, ella simboliza la consolidación de fraternidad que bien presumimos.
La Basílica Colegiata de Guanajuato es nuestra casa, una casa de puertas abiertas, es el sitio dedicado, desde 1696, a Nuestra Señora de Guanajuato; ella, nuestra Madre, a todos nos mira con amor y, a múltiples generaciones de guanajuatenses, durante más de 465 años, nos ha recibido y bendecido; nos considera sus hijos, lo que hace que seamos una gran familia.
El pasado viernes 28 de abril, fue un día histórico para nuestra ciudad, el Padre Dr. Tomasz Michal Zielinski, representante del Sr. Arzobispo, de León, Alfonso Cortés Contreras, en compañía del Rector de la Basílica,
Padre Jesús Ortiz Ayala, y de los Presbíteros Christian Leonardo López Caudillo y Jorge Arturo Romero Sánchez, celebraron, a las 12:00 h., una Misa Solemne, antes de ser trasladada la imagen al antiguo bautisterio, sitio en donde han iniciado los estudios e intervención de tan bella imagen.
Fue un día muy esperado, especial, extraordinario, un día de júbilo; su amanecer invadió a los guanajuatenses de esperanza, de positiva energía, de luz espiritual; una fecha en la que nuestra generación, dará testimonio de un acontecimiento que significará nuestra presencia y responsabilidad de dejar, a las futuras generaciones, un legado único: el embellecimiento de Nuestra Señora de Guanajuato.
Ese día, con plena nerviosidad, me dirigí a grabar la ceremonia; uno de los agradables momentos fue escuchar el armonioso llamado a misa, las campanas repicaron con una notoria belleza; la ceremonia comenzó puntualmente y la emoción creció al escuchar el sonido majestuoso del órgano, y la potente voz del cantor; en la búsqueda de enfocar la salida de los sacerdotes en el presbiterio, vi que no asomaban, volteé y mi sorpresa fue que, en el nártex, una gran comitiva eclesiástica hizo su entrada gloriosa al templo; esa distracción me permitió ver que los bellos candiles, en su totalidad, iluminaban el espacio; fue así que la ceremonia litúrgica tuvo un lucimiento singular y esplendoroso.



Luego se desbordó el respeto en cada uno de los momentos litúrgicos, después de la lectura del santo Evangelio, el Padre Dr. Tomasz Michal Zielinski, originario de Kielce, Polonia, ordenado el 15 de diciembre del 2002, Doctor en Letras Cristianas y Clásicas, además, Licenciado en Teología Dogmática, nos expresó un mensaje que nos motivó y fortaleció en nuestra intención de llevar a cabo un trabajo que, como lo he mencionado, será histórico.
Hoy, gracias a la Revista “Ínsula Barataria”, les comparto el momento sublime del pensamiento del Padre
Dr. Tomasz Michal Zielinski: “NuestroamorfilialaMaría, tiene ese mismo color pascual,porquenosllevaa reconocernosyatratarnos como hermanos de una misma familia”.
Es precisamente, este amor pascual, este amor filial nuestro, que nos reúne hoy como comunidad y como iglesia, para iniciar, con la bendición de Dios, el proyecto de “Estudio y Restauración de Nuestra Señora de Guanajuato”; todos estamos conscientes de que, en este proyecto, no se trata de estudiar y restaurar una valiosa pieza de museo, ni tampoco, principalmente, una magnífica obra de arte más antigua de América Latina; en este proyecto se trata de la imagen de Nuestra Señora, es decir, de Nuestra Madre, que, desde hace 465 años, acompaña a este pueblo suyo de Guanajuato, en nuestras alegrías y en nuestras penas, cómo testigofielde nuestros nacimientos, bautizos, graduaciones,amores,bodas, aniversarios,esperanzas, logros,revoluciones,cambios, transformaciones,lágrimas, plegarias,decepciones,dolores, tragedias,despedidasyduelos; acontecimientosque,alolargo detodosesosaños,dejaron huellas imborrables en su corazón,ensucarayensu cuerpodeMadreNuestra.
Yo mismo, ayer por la noche, cuando pensaba en nuestra celebración de hoy, sorprendido, regresé, en mi memoria, a aquella tarde en la que, el padre Juan Rodríguez Alba, me recibió, como joven seminarista aquí, en la Basílica, por allá en octubre de 1997; luego recordé el día lleno de luz y de alegría en que el señor Obispo José Guadalupe Martín Rábago, me confirió aquí, en este lugar, a los pies de Nuestra Señora de Guanajuato, mi ministerio de acolitado y la aceptación, como candidato, a las Órdenes Sagradas, fue el domingo 8 de julio de 2001; y mi Canta Misa el domingo 26 de enero de 2003, ya hace más de 20 años y todavía recuerdo que, en mi homilía, de esa Canta Misa, le dije al señor obispo, José Guadalupe, “gracias,porhaberrecibido aesteextranjero,queun díatocóalaspuertasdela iglesiadeLeón”, a lo que, el señor obispo me respondió, con palabras que se me quedaron grabadas en el alma:



“Tomasz,enlaIglesianadie esextranjero”.
Yocreoquecadaunode nosotrospodríacontarmuchas historiascomoesta, historias quetuvieronlugarenesta casamaternanuestra,bajola mirada amorosa de nuestra SeñoradeGuanajuato,historias quesiguenvivasennuestras familias,ennuestroscuerpos, graciasanuestropresente,y alpresentedenuestrosseres queridos;poreso,eneste proyectoderestauración,nose trataderegresaralpasado,no estamoshaciendoarqueología con este proyecto, no se trata deborrarlashuellasylas cicatricesque,enlaimagende laVirgen,dejaronnuestrafey nuestro amor.
Loquequeremos,esquela imagendeNuestraSeñora sigaapareciendoentodasu hermosurayque,almirarla, todospodamosreconocer en ella a nuestra madre de siempre;yque,graciasalos trabajosderestauración,su bellezaysupresenciaen estaBasílica,seconserveen buenasaludparalasfuturas generaciones.
Cuidar la salud y la integridad de Nuestra Madre; es nuestro deber filial gracias al corazón que amo, pero, para que este proyecto de restauración tenga éxito, todos necesitamos sentirlo necesario y nuestro, como sentimos necesaria y nuestra, a Nuestra Señora; autoridades civiles y eclesiásticas, la comunidad católica y la sociedad en general, los profesionales y los fieles; en este proyecto nadie sobra y todos tienen un papel importante, irreemplazable; por eso, queremos iniciarlo con esta Misa Solemne, invocando la bendición divina y la maternal protección de la Virgen, de manera especial, sobre los integrantes del Comité de EstudioyRestauraciónde NuestraSeñoradeGuanajuato, sobre los miembros de la HermandaddeCargadoresde NuestraSeñoradeGuanajuato, sobre los miembros de la AsociaciónCivilGuanajuato Patrimonio de la Humanidad y los profesionales del Taller de RestauraciónyConservación Oro, sobre los integrantes del ConsejoDiocesanodelos BienesCulturalesyArteSacro y sobre todas las personas qué, de cerca o de lejos, ya desde hace tiempo, con sus oraciones, con su colaboración económica y con su entrega generosa, hacen que este proyecto de amor y de fe pascual, de un sueño, se convierta en realidad, para la mayor gloria de Dios y para el bien de su pueblo.
“QueDioslosbendigaatodos y,queNuestraSeñorade Guanajuato,noscubraconsu manto”.
Luego, fue muy significativo, ver que las personas se acercaron a recibir, con gran devoción, a Jesus Sacramentado, cada detalle de la ceremonia litúrgica fue sublime, pleno de alegría y de comunión.
Fue muy grato ver la presencia de jóvenes, ellos significan esperanza, bondad, amor, responsabilidad y fortaleza; pues ellos darán testimonio de tan importante acontecimiento, ellos serán, en un futuro, nuestra voz y proclamarán que todo fue logrado con el corazón de las generaciones de hoy; bien lo ha señalado el Papa Francisco: “Ellos son el ahora de Dios”.


El trabajo del equipo de jóvenes restauradores del taller “ORO”, de Guanajuato Patrimonio de la Humanidad, Rest. Alexis Álvarez Lupercio, LRBM Mateo Trueba Morales, MRSM. Alma Susely Hernández Pérez y Lic.
Laura Hernández Araujo, han iniciado, y vamos avanzando por un camino que nos da certeza en nuestra intención.
Aún requerimos de apoyo económico y sea este escrito, una motivación para que nuestros lectores se sumen y sean parte de un proyecto tan importante que será parte de la historia de nuestro bello Guanajuato.
