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Monte de San Nicolás
La Unidad de Gestión del Centro Histórico dentro de su programa de trabajo 2021 y 2022, trabajó sesiones para el rescate del Patrimonio Cultural e Histórico de los barrios de la ciudad, y que en 2023, ha decidido replicar el ejercicio en los Pueblos Mineros, de manera que el 25 de marzo pasado se llevó a cabo la primera sesión en el Monte de San Nicolás, con el objeto de promover el patrimonio cultural de cada uno de ellos y generar un sentido de pertenencia, cohesión y participación comunitaria entre sus habitantes.

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La experiencia de haber llevado a cabo las sesiones de barrios históricos de Guanajuato, nos lleva a concluir que la herencia minera aflora por todos los rincones de la ciudad, y ahora se pretende ir a la raíz del nacimiento de dicha herencia, donde se descubrieron los grandes yacimientos argentíferos que hicieron que los Pueblos Mineros se desarrollaran y crecieran, dando dividendos extraordinarios a la corona española.
En el desarrollo de estos paneles participa de manera sustantiva la Universidad de Guanajuato a través de su Departamento de Historia y la Asociación de Ingenieros de Mines, Metalurgistas y Geólogos de México, A.C., capítulo Guanajuato; ambas entidades designan respectivamente un historiador y un ingeniero, que sumado a uno de los vecinos más viejos del pueblo, disertan sobre la historia del mismo, sus costumbres, comida, personajes importantes, etc.
La sesión se lleva a cabo de manera presencial en la plaza principal del pueblo denomi- nada Santa Teresita del Niño Jesús, con la participación de vecinos y visitantes, con la posibilidad de que de manera virtual se enlacen las personas e instituciones de todo el país que deseen estar presentes.
Para esta primera sesión que tuvo verificativo en el Monte de San Nicolás, se contó con la participación del Dr. José Eduardo Vidaurri Aréchiga por parte de la Universidad de Guanajuato, del Ing. Roberto Ontiveros Ibarra por parte de la Asociación de Ingenieros Mineros y de los vecinos María Soledad Morán López (de manera virtual, dado que no se encontraba en el pueblo ya que dos días antes había fallecido su mamá doña Ma. Catalina López González a la edad de casi 101 años) y el Sr. Sergio Ramírez Chávez quien además es el sacristán en turno del templo.
La primera intervención estuvo a cargo del Dr. Vidaurri Aréchiga, que habló de la fundación del Monte de San Nicolás, su evolución urbana y su apogeo como Pueblo Minero en virtud de todas las minas aledañas a este lugar, para lo cual se apoyó en una batería de fotos de la autoría de la Lic. Silvia León León.

Enseguida hizo uso de la voz el Ing. Ontiveros para presentar una semblanza geológico-minera del Monte de San Nicolás. Presentó la geología regional y los proyectos de las minas del distrito minero de Guanajuato que tuvieron incidencia en este sitio.



La señora Ma. Soledad Morán López se hizo presente a través de un video, pues hace dos días sufrió la pérdida de su mamá (Ma. Catalina López González), motivo por el cual no se encontraba en el pueblo. Se expresó en los siguientes términos, haciendo una crónica del devenir histórico-cultural del Monte de San Nicolás:
“El Monte de San Nicolás es una comunidad enclavada en la Sierra de Guanajuato, a unos 10 km aproximadamente de la ciudad capital. La tradición habla que esta congregación tuvo un sacerdote de pie, por primera vez en el año 1740 y que fue erigida parroquia de San Nicolás de Tolentino en el año 1771. Los altares del templo del Monte de San Nicolás conservan las placas del tiempo en que se hicieron, está el altar de Nuestro padre Jesús, de la Virgen de los Dolores, así como ambos cruceros que fueron construidos en el año 1885 a expensas de la mina Purísima del Encino propiedad del señor Pedro Rocha, la cual se encuentra aquí enfrente, en esa cañadita.

Se cree que enesa época se hizo la hacienda metalurgista llamada Hacienda de Arriba del Monte de San Nicolás; hay datos que anteriormente se conocía este lugar como Cañada de Palencia y siempre fue considerada como un barrio del Monte de san Nicolás hasta 1885 en que las circunstancias nos obligaron a ser comunidad separada," esto fue porque cuando se pararon las labores de la mina, cortaron el suministro de la corriente y el pueblo se quedó a obscuras.Después de muchos años, que ya los hijos de los mineros que en ese tiempo quedaron sin trabajo, ya adultos casados empezaron a ver la necesidad de la energía eléctrica y se hizo la solicitud.
Solamente había dos casas la de mi abuelo y la de mi papá, había muchas casas en ruinas del Monte para acá y nosotros quedamos más lejos que nadie del Monte, se hizo la solicitud para quedar dentro del proyecto de electrificación, pero en ese momento hubo cambio de delegado y el nuevo dijo que no nos incluyeran porque estábamos muy lejos, que eran muy pocas casas, que se necesitaría más postería y más cabledo y que la gente no iba a querer cooperar para que nosotros tuviéramos luz.
Entonces unos parientes que venían de México y que nos frecuentaban, al enterarse de que nos habían excluido, nos acompañó a la Comisión Federal de Electricidad, para entonces ya mis hermanos estaban por casarse y ya éramos cinco casas, en la CFE nos dijeron que sí nos apoyaban, que como estábamos a unos 20 o 30 minutos del Monte de San Nicolás y había una brecha que nos comunicaba con el Monte, entonces debíamos hacer la solicitud como comunidad independiente y como ese pedazo era conocido como Hacienda de Arriba, nos dijeron que hiciéramos la solicitud con ese nombre porque no se podía otorgar dos veces el beneficio a una sola comunidad, por eso quedamos así, como una comunidad separada.
Al principio si nos dolió porque siempre andábamos allá con los bailables, la doctrina, la legión de María y todo eso. Finalmente se nos puso la luz más rápido que en el Monte. Fue uno de mis tíos quien empezó a hacer la brecha por donde llegan ahorita los carros y por donde llegaron a hacer los trabajos de electrificación.
En la Hacienda de Abajo no sé si haya vestigios de la hacienda metalurgista, aquí si hay y creo que la hicieron porque en los cerros aledaños hay muchas minas, sobre todo la de la Purísima del Encino fue una mina de mucho auge, a expensas de ella fue que se hicieron los altares de los cruceros del Templo del Monte, el altar de nuestro Padre Jesús y el de la Virgen de los Dolores, por eso yo creo que hicieron esa hacienda aquí cerquita y por eso fue llamada Hacienda de Arriba.
Mucha gente piensa que era una hacienda ganadera, pero no; era una hacienda metalurgista, debido a las minas que están aquí, está la mina de la Purísima del Encino, la de San Atenógenes que está en la punta del cerro, San Cayetano, San Inocencio, la de la Cañada de Enmedio que se ve que fue de importancia, la de la Cañada de la Libertad, la del Guiche esa se ve como que la trabajaron a mano, la de la Obra de San José que está atrás del cerro pero que por abajo están comunica- das, y sí hay varias minitas de menor importancia.
Dentro del poblado del Monte está la mina principal que es la de La Asunción, luego sigue la de Pasadena donde está la horca, luego está la de La Obra San José, más hacia acá está la Milanesa, abajo está la de San Juan Tacuitapa que está casi enfrente del templo, y más allá la de San Agustín.
Se dice que el principio del fin de la mina principal del Monte, que era donde trabajaban gente que no solo era del Monte, sino de otros lugares como Guanajuato, empezó en 1948; yo aún no nacía y fue el 8 de septiembre de 1964 cuando se paró definitivamente la mina y ahí sí me tocó sufrir el calaverazo.
Poco a poco el pueblo se fue convirtiendo en un pueblo fantasma, la gente se fue yendo, estábamos muy triste, no había semana que no se fuera una o dos gentes, quedó desolado, sobre todo en las casas de la calle era donde más se notaba la ausencia de las personas. A consecuencia, se cerró la escuela, se cerró el templo, el último sacerdote que estaba de pie se fue en 1962 y es que cuando la mina trabajaba, el padre tenía asignado un sueldo. Fue muy triste la hambruna que se generó por la falta de trabajo. El templo solo se abría para Semana Santa, para el día de San Nicolás, ese día venía el Padre Chon Betancourt que fue el pionero del monumento a Cristo Rey; él traía su banda de música, sus invitados y su comida, era un día de fiesta, pero ya en la tarde todos se iban y el Monte quedaba otra vez desolado.
En diciembre, si había alguien que trajera un sacerdote para el día 12, había misa; si no las mamás vestían a sus niños de inditos para ir al Rosario que por cierto, rezaba una viejita y san se acabó. Para Navidad hacíamos las Posadas aunque fuera solo con dulces.
Aquí nos enseñamos a montar desde chiquillas, porque era el único medio de moverse rápido a Santa Rosa, que era la comunidad más cercana, sobre todo si alguien se enfermaba y se necesitaba ir por unas pastillas con La Nena."
Mi papá trabajaba en El Cubo de ademador, soltaba su caballo y luego nos mandaba a mi hermana y a mí por él, y nos decía no lo vayan a montar, pero si lo hacíamos así llegábamos muy tarde, entonces nos llevábamos el freno escondido, y donde los encontrábamos le dábamos un puño de sal, el caballo se arrimaba y le poníamos el freno y nos subíamos las dos; cuando llegábamos, nos regañaba, por eso nos enseñamos a montar.
Cuando un señor Rendón nos vino a proponer el juego de argollas y dijo que necesitaba una muchacha que supiera montar para que fuera la reina del juego, entonces se propuso a mi hermana Antonia, ella fue la primera reina del juego hasta que se casó.
Encontró eco el señor Rendón en Ignacio López, Pedro Ramírez y mi papá Andrés Morán y el señor les explicó cómo iba a ser la cosa y ya ellos se organizaban, el señor Rendón solo venía a ver cómo iban o que faltaba, si trofeos o argollas o varillas que por cierto llevan un chapetón en medio para que no hagan trampa, ya que los jinetes corren para ensartar la argolla. Fue así que se empezó este juego desde 1968, algunos años se ha dejado de hacer por diversos motivos, pero se vuelve a retomar. Primero vamos a misa los jinetes y las reinas, saliendo llevábamos una bandera y el estandarte de San Nicolás y subíamos todos juntos hasta arriba, ya que el juego se hace frente a la puerta principal de la mina, arriba dejábamos el estandarte en el estrado donde está la reina, todo con respeto, terminando el juego nos bajábamos igual las reinas adelante con la bandera y el estandarte y los charros atrás.

Cuando estuvo el Padre Gutiérrez, él cargaba una caja de pan, porque en la fiesta de San Nicolás es tradición dar pan bendito; entonces el Padre les daba a los charros una estampita y una pieza de pan bendito y ya cada quien hacía lo que quería, unos se iban a sus casas otros seguían en la borrachera y nosotras nos íbamos a nuestras casas.

Para Navidad tenemos la tradición de la danza de los pastores, se visten los niños y niñas de pastores, antes llevaban su borrego, o su chivo o su gallo para entregar su ofrenda al sacerdote, era muy bonito, con cantos que no sé si en otros lados se canten; esto es después del Gloria, cuando en misa se termina de cantar el Gloria, entran todos los pastores bailando y cantando “al cielo elevemos nuestra dulce voz y reverenciemos al Rey, nuestro dios. Del cielo al portal cayó una custodia, los ángeles todos cantan en la Gloria”, son muchos versos, pero esta es una muestra.
Por otra parte, en base a un librito que nos dice qué altar se debe poner para celebrar la Redención, empezamos a hacer los altares, pero luego yo ya me vine, le siguieron las catequistas y creo que ahora lo hacen las legionarias, esta es una de las tradiciones más viejas. Para mí fue un placer recibirlos y espero que lo que les he platicado sirva de algo para que otras personas conozcan cómo vivimos y qué tradiciones tenemos en el Monte y entiendan el porqué de las cosas.
Muchas gracias por su visita”.
Finalmente se tuvo la intervención de Don Sergio Ramírez Chávez que se dirigió a los presentes en los siguientes términos:
“Yo me llamo Sergio Ramírez Chávez, a sus órdenes. Soy de 1947 del 7 de octubre, tengo 76 años, nací en una casa porque no se usaba ir a los hospitales, somos 5 hombres y 4 mujeres. Mi papá se llamaba Adolfo Ramírez Juárez mi mamá se llamaba Felicitas Chávez, mi mamá trabajaba en el hogar, mi papá en la mina, murió “de la mina” a los 38 años.
Cuando estábamos chicos nos dedicábamos a las labores de la casa como acarrear agua, leña, en fin para buscarse la vida, ya después a la escuela para hacer primero y segundo. Yo no tuve escuela precisamente por estar trabajando para ayudar a mi mamá para tener que comer. Yo empecé a salir a Guanajuato, a Irapuato, a México para trabajar en algunas fábricas, yo iba y venía, así me la pasé para ayudar a mi mamá.

Cuando yo hice mi primera comunión fue un evento comunitario, se ponían mesas atrás del templo y nos daban un desayuno que consistía en chocolate, leche y pan.
Aquí la gente se levantaba muy temprano, a las 4 de la mañana ya estaban moliendo, ya sea que iban al molino o en su casa en el metate. Algunas familias bajaban a Guanajuato por su mandado. A nosotros nos enseñaban a ir al cerro a hacer leña, a acarrear agua, a sembrar algunas plantas en casa, como un durazno.
De las personas que recuerdo que se me vienen a la mente son Salvador y Ángel Morán, Ángel Guerra, Aniceto Betancourt, Ángel López, Mauro Chávez, ahorita el único que vive es Ángel López que es sacerdote y tiene mi misma edad, 76 años; él estudió en el seminario de León pero se ordenó en Tijuana porque la señora no era casada por la iglesia, por eso fue que el padre Ángel se fue del seminario de León porque en ese tiempo no los ordenaban si no eran hijos legítimos, de hecho tuvieron que hacer movimientos para ponerle el nombre del Betancourt, su tío era el padre Ascención Betancourt, quien fue el que inició los trabajos del monumento a Cristo Rey, él vivió en la casa que está aquí al lado, el padre Ángel fue el que la promovió y mandó hacer, el busto del padre Ascención Betancourt, su pensamiento de él era ponerlo en Cristo Rey, pero no lo dejaron entonces pidió permiso para que lo dejaran ponerlo aquí.

Yo trabajé en la mina de la Obra de San José, daba barrenos donde faltaban, limpia de atarjeas, montar la carga en carros, ese era mi trabajo, en ese tiempo se usaban lámparas de carburo, mi jefe se llamaba Manuel Ibarra, él era de Jalisco. Después trabajé en el tiro de la mina de Pasadena poniendo escaleras para salir a pie, duré poco porque me fui a México, mi idea era llevarme a mis hermanos de aquí junto con mi mamá.

Ahorita mi trabajo es de cuidar el templo, tengo más de 50 años cuidandolo, además soy ministro de la Eucaristía.
En relación a las tradiciones, a mí me enseñaron la fiesta de San Nicolás, se empieza con el novenario que son nueve días que se reparten entre las familias, si alguna familia quiere participar paga el estipendio de la misa y la puede dedicar a sus enfermos, a su familia o algún difunto, después del novenario es el día de nuestro Santo Patrono que es en septiembre, se hace una misa especial y ya el sábado llega la música y la danza.


La mañana del domingo es el repique de campanas, cuetes, las mañanitas en el templo, enseguida la misa mayor y al terminar, ya están allá arriba los que van a participar en el juego de las argollas, pero antes se hace un desfile de la reina que baja de allá a caballo, para empezar la Santa Misa y llega una peregrinación con una imagen que viene de Guanajuato, y vienen charros con el estandarte de San Nicolás de Tolentino. El sacerdote sale a recibirlos y empieza la misa, en la noche se quema un castillo y bombas y luego hay baile, que por cierto ahora hasta los niños bailan.

Nuestra comunidad era muy pobre, no se festejaba el 6 de enero, a veces de repente venía alguien de Guanajuato y nos traía dulcitos o algunos carritos, pero era muy raro.
Con el tiempo llegó un sacerdote que se llamaba Clemente Chávez, que era nativo de aquí y él empezó a organizar el día 6 enero con una cabalgata que empezaba en la entrada de La Palma, daba la vuelta y terminaba en el templo para levantar al Niño Dios, esta tradición ya se perdió.
De la Candelaria, ese día se hacía una celebración en el templo, se llevaban muchas las semillas que se iban a sembrar a bendecir y también llevaban velas, esa celebración era el día
2 de febrero, el día de la Candelaria.
En mayo que es el mes de María, las niñas iban vestidas de blanco a ofrecer flores y en junio le tocaba a los niños, era la celebración del Sagrado Corazón de Jesús, llevaban un listón rojo cruzado, si no, podían ir de blanco y sus flores.
La Semana Santa se empezaba en el plan de la mina con la bendición de las palmas y una procesión por el camino nuevo que termina con la misa y bendición de las palmas; el martes santo se hace una misa para los enfermos, el miércoles se hace el Prendimiento del Señor y el Jueves Santo se hace la institución de la Eucaristía y el viernes es el recorrido del Via Crucis en todo lo que es la calle, todo alrededor del templo, en seguida se les da un tiempo para que vaya la gente a su casa a comer y se regrese por la tarde a los oficios sagrados , las siete palabras y después el Santo Entierro, aquí otra vez se vuelve a hacer el recorrido, el sábado se hace la renovación del fuego, se hace una fogata, se bendice y de ahí se prende el Cirio Pascual que va a quedar para los bautismos de todo el año y con eso termina la Semana Santa.
Las Graditas son en agosto y son para recordar los lugares que recorrió Nuestro Señor en los lugares santos, no recuerdo cuantas son, se ponen en cada sector como lo es el nacimiento, en fin desde su nacimiento hasta la pasión y resurrección, eso es el 15 de agosto, para celebrar el día de la Purísima Concepción.
El 15 de septiembre se empezaba por la noche con la ceremonia del grito de independencia se terminaba a la una de la mañana aproximadamente con un recorrido o “gallo” o serenata así le llamamos, y en la mañana en el altar patrio se representaba un diálogo que se llamaba “México y España” en donde también se hacía como una conclusión del grito de independencia, la despedida de Anselmo que es un diálogo entre Anselmo y Leonor, en el diálogo de México y España, un señor que se vestía de indio azteca representaba a México y una muchacha güera con una túnica representaba a España, era un diálogo que se hacía para representar las guerrillas entre indios y españoles hasta llegar allá arriba donde se quemaba el Castillo de Granaditas que se formaba con un cuadro al que se le ponían cuetes. "
Daban un recorrido a caballo, dando vueltas, simulando la Toma de Granaditas, ya que recordemos que llegaron por el Cerro del Cuarto y rodearon todo Guanajuato, aquí se subían por el lado de la lama y bajaban los de a caballo, y se veía muy bonito porque se regaban todos los indios y daban vuelta los de a caballo y así empiezan la Toma de Granaditas" llegaba el Pípila y quemaba la puerta y ahí en Peñoles agarraban a los gachupines y se bajaban otra vez al escenario, ahí los “afusilaban” y ahí se terminaba, en la noche seguía el baile. Así se festejaban las fiestas patrias aquí en el Monte de San Nicolás.
Para mí han sido muy tristes estos cambios, cuando era niño todo era diferente, tanto las personas y vecinos a lo que estamos viendo, antes había mucho respeto de los niños hacia las personas mayores y eso se está acabando. ¿qué está pasando ahí?, yo le echo la culpa a que los papás trabajan, los dos, y dejan a los niños solos. Otro cambio que veo es que antes yo miraba muchos árboles, había mucha agua en los arroyos, ahorita está muy seco y eso ha cambiado mucho a la comunidad.
Una pandilla de muchachos de los 70s empezó a destruir paredes, que aunque estaban viejas, eran un valor para la comunidad, porque todos los minerales tienen un valor sobre todo por sus fincas y sus casas., un valor sobre todo para los que vivimos aquí”.
Gracias por haberme escuchado, esto es un resumen de las fiestas y tradiciones del Monte de San Nicolás de Tolentino”.


La Marcha De Los Mineros De Guanajuato En
Uno de los logros del movimiento revolucionario de 1910 fue abrir la discusión en torno a los grandes problemas nacionales, de ahí derivó la redacción de la Carta Magna que fue sancionada el 5 de febrero de 1917. La Constitución contiene, en los artículos 3, 27 y 123 los derechos sociales como un importante legado para todos los mexicanos.

artículo 123 relativo a los asuntos laborales fue producto de intensos debates. Una primera propuesta de Venustiano Carranza enviada a la asamblea de Querétaro no contenía variaciones importantes con respecto a lo establecido en Constitución de 1857.
El ejercicio legislativo de 1917 impulsó la inclusión de más derechos laborales que fueron también debidamente aprobados, entre esos avances destacaron la prohibición del trabajo