A pesar de su versatilidad como actriz, a Fiorella no le gustaría interpretar papeles que tengan que ver con un ente maligno.
¿La vida es así? A veces uno quiere apretar un botón y bajarse, pero no se puede. Hay cosas más grandes que nosotros, y a veces uno tiene que entregarse al universo. ¿Te gusta Lima? Sí, pero no me gusta su cielo gris. ¿Sabías que Hipólito Unanue escribió un estudio científico sobre por qué el cielo gris hace que los limeños sean ni fú ni fá? ¿Tú eres ni fú ni fá? No, yo soy muy intensa. Un poco más de fú que de fá, quizá. [Risas]. Y, otra pregunta: ¡¿Lees a Hipólito Unanue?! [Risas]. No, pero sabía ese dato. Si fueras el amo del mundo, la dueña, ¿cuál sería tu primera decisión? Ponerle fin a todas las guerras. ¿Y si fueras alcaldesa de Lima? Recuperaría todas las actividades culturales que hemos perdido.
Capa de Alessandra Aetersen, joyas de Lola.
¿Cuándo fue la última vez que lloraste? Ayer, grabando una escena para un corto, haciendo el papel de una chica que tomaba la decisión de suicidarse. ¿Es fácil convocar el llanto? Con un trabajo de respiración y las imágenes necesarias, es más fácil. Es un ejercicio que se trabaja poco a poco. Ayer, para llorar, escuchaba Chiquitita de ABBA porque me recuerda a mi papá, y estando en el personaje de una chica que se suicida, pensaba en que no lo iba a volver a ver. Entonces comencé a llorar. Tu estado de WhatsApp dice: Feliz. ¿Lo eres? Sí. La felicidad es una cuestión de actitud. 42 Lima / SEPT 2015