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Elsa Delgado Castañeda (Directora General) y María Alejandra Pinto (Directora Administrativa)
Educarse para ser mejores personas El Colegio Peruano Francés André Malraux lleva tres décadas promoviendo la verdadera esencia de la educación.
Hace treinta años, Mari Blanca Gregori de Pinto hizo realidad un sueño: crear un colegio donde los alumnos sean respetados, queridos, comprendidos y aprendan felices. Hoy el sueño de Mari Blanca sigue vivo. Elsa Delgado Castañeda (Directora General) y María Alejandra Pinto (Directora Administrativa), hija de la fundadora, mantienen la línea educativa humanística que caracteriza este proyecto y que propone una educación centrada en la persona. En el colegio se vive un clima afectuoso, de diálogo horizontal y de libertad. Y en toda circunstancia se fomenta el pensamiento creativo y el espíritu crítico en los alumnos, sin que dejen de tener en cuenta que la libertad personal tiene como límite el derecho de los demás.
Cada alumno es único En el colegio André Malraux, los niños y adolescentes disfrutan cada día de las actividades propuestas y también reciben apoyo cuando lo requieren. Hay una preocupación y seguimiento permanentes por el desarrollo integral de cada alumno. «Las personas no son simplemente números, los niños tienen muchas cualidades que van más allá de lo mensurable», explica Elsa Delgado. «La calidad humana es la muestra del conjunto de lo que configura a la persona». No sorprende, por eso, que el André Malraux apueste por una atención casi personalizada para cada uno de sus alumnos. De hecho, el número
de estudiantes por grado (cada año tiene una sola sección) es limitado (promedio de 20 alumnos por aula), lo cual permite que todos los niños y jóvenes sean conocidos hasta en sus más mínimos detalles (incluso sus gustos gastronómicos).
Preparados para la vida El fomento de la cultura y el compromiso con el desarrollo de la sociedad van de la mano con una excelente formación académica, la que permite a los alumnos del André Malraux terminar el colegio con un alto nivel educativo y el dominio de dos idiomas extranjeros (francés e inglés). «Nosotros formamos parte de la red de excelencia de la Alianza Francesa. Los chicos salen del colegio con el diploma B2, máximo nivel del DELF (certificados expedidos por el Ministerio de Educación de Francia) que se puede conseguir a esa edad. En el caso del inglés, los estudiantes rinden el examen Michigan (otorgado por el ICPNA), el cual certifica el dominio del idioma a un nivel intermedio-avanzado», explica María Alejandra Pinto. La filosofía del André Malraux se vive desde el momento mismo en que un niño postula al colegio porque en lugar de rendir un examen se le invita a compartir un día de clases. Con esta dinámica los postulantes pueden mostrar de una forma natural cómo se relacionan y la sintonía que tienen con el nuevo entorno. Es así que el respeto por la persona del niño está siempre presente en el espíritu del colegio Malraux.