Revista Militar Armas 495

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CULTURA MILITAR

“al servicio del pueblo”, lo cual llevaban a cabo de manera conjunta por todos los jóvenes y en jornadas que concluían poco antes de la puesta del sol. Puede decirse además, que en el Telpochcalli se desarrollaba el sentimiento nacionalista en los mancebos y futuros guerreros .

dependiendo de su origen social y que determinaba su ingreso al Calmecac o al Telpochcalli. Es decir, es poco acertado afirmar que por descender de la clase noble debía el joven realizar sus estudios en el Calmecac, y por el contrario, por el hecho de haber nacido en el seno de familias del común del pueblo, mejor conocidos como macehuales, estos tenían obligación de incorporarse al Telpochcalli . Al respecto, para Jerónimo Hernández Vaca, la educación que se impartía en ambos centros resultaba complementaria y no contradictoria y en su desarrollo lograban alcanzar los objetivos de la comunidad azteca ; y como asegura Morgan y Bandelier, la realidad era la existencia de escuelas por grupos consanguíneos y la escuela de todos los grupos donde se educaban a quienes serían los dirigentes del pueblo, pero al carecerse de clases sociales, no había centros de educación especial para los nobles. Siguiendo a Sahagún, si los padres del mancebo ofrecían a la criatura para su educación en el Telpochcalli, era su deseo que la educación de su descendiente estuviera básicamente orientada para servir al pueblo y para la guerra. Dentro de la organización y estructura del Tepochcalli, era posible distinguir tres clases o categorías de sus integrantes, los “tlacach”, denominación con la que se conocía a los recién ingresados; telpuchtlato, utilizada para identificar al jefe de instructores; y finalmente el tlacatecatl, término que era utilizado para referirse al director del templo ,

existiendo un centro de formación de esta naturaleza por cada “calpulli” o barrio de la ciudad. La preparación de los mancebos al ingresar al Telpochcalli, se dirigía en sus primeros años al desarrollo de labores relacionadas con la organización y el aseo de la instalación, reparación de los templos y a diversas actividades de penitencia y danza. Al alcanzar los 15 años salían al campo en labores de cargadores de lo esencial para la escuela, en donde se les obligaba a llevar a cuestas pesados leños, a fin de determinar su aptitud para el combate. En el Telpochcalli aprendían a labrar las tierras colectivas heredadas para su manutención y recibían adiestramiento del manejo de tres armas principales de los aztecas, el macuahuitl, el lanzadardos y el atlatl o arco . En este lugar se formaba el carácter de los jóvenes aztecas preparándolos fundamentalmente en técnicas militares. Como ya se señaló, el objetivo fundamental del Telpochcalli era preparar a los jóvenes aztecas para la guerra, sin embargo en seguimiento a lo descrito por Sahagún (iban todos juntos a trabajar donde quiera que tenían obra a hacer barro, o paredes, o maizal, o zanja o acequia) , también se les instruía para el trabajo comunitario ARMAS

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MAYO/JUNIO

2017

La actividad cotidiana en el Telpochcalli resultaba bastante difícil. Un baño de agua helada antes del amanecer marcaba el inicio del entrenamiento diario donde se sujetaban adicionalmente a un régimen alimenticio muy severo. Acostumbraban memorizar las alabanzas con acontecimientos importantes realizados por sus antecesores y las plegarias a sus divinidades. Los jóvenes recibían el adiestramiento militar de capitanes y soldados viejos teniendo la oportunidad de poner a prueba en el combate las destrezas adquiridas; de esta forma, los alumnos del telpochcalli se adiestraban en el arte de la guerra en cuestiones eminentemente técnicas, mientras que en el Calmecac la preparación estaba orientada a conocer su espíritu, trascendencia política, ideológica y religiosa . A la edad de 16 años realizaban ya prácticas en el frente de batalla, a fin de que adquirieran experiencias en cuestiones bélicas y perdieran el temor a las cosas de la guerra; asimismo, con base en los méritos alcanzados en estos ejercicios, se hacían acreedores a determinadas distinciones que implicaban el ascenso dentro de su escala jerárquica y entre las que se encontraban: la de “telpochtli yaoqui tlamani”, para aquel que en su primera campaña capturaba a un prisionero; “Tiachcauh”, o maestro de los mancebos; “Telpuchtlato”, encargado de dirigir y sancionar al resto; “Tlacochtecuhtli” o señor de los dardos; “Quauhtlato”, al que lograba hacer cuatro cautivos; y “Achcauhtli”, quien era como un alguacil, para aprender a los delincuentes. Al buscar dotar de mayor resistencia física a los alumnos del Tepochcalli, se ponían en práctica ejercicios que sometían a los aspirantes a guerreros a soportar cambios bruscos de


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