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ERAMOS FELICES ¡Y NO LO SABIAMOS!
Escribe: Alejandro Pucci
El mundo que teníamos en el 2019 ya no existe y, por ende, el Perú del 2019 tampoco y en el 2023 o 2024, vale decir, dentro de uno o dos años más, tal vez habremos dominado al virus y puede incluso que ya no se hable de él como aún hoy lo hacemos, pero seguiremos tratando de vencer los estragos emocionales, sociales y económicos que nos ha dejado esta pandemia.
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La normalidad falsa que teníamos hasta el 2019 nunca más va a regresar ya que en estos tres años nuestros hábitos y costumbre han cambiado, algunos en forma radical y esto va a generar una nueva realidad con códigos diferentes que terminará en algunas variantes muy acentuadas en nuestro comportamiento. Es, sin duda alguna, un quiebre de 90 grados.
Nueva realidad
Esto es sólo un vistazo de la nueva realidad que, en algunos casos, aún la estamos construyendo y por un momento regresemos, en honor al título, a lo que teníamos antes de este desastre.

¡Éramos felices y no lo sabíamos!

Antes de este desmadre sanitario, vivíamos una cierta libertad que, por ser habitual, nunca supimos reconocer y menos apreciar y aunque no tuviéramos muchas monedas en el bolsillo, el fin de semana en la cancha con los amigos y una cervecita o en reuniones de amigos, nos desfogábamos y bajábamos nuestras tensiones ansiosas de la semana.
Estábamos abrumados/as por ese trabajo donde ganábamos poco y no nos podíamos sentir muy realizados/as, pero recibíamos nuestro sueldo a fin de mes y ya nos habíamos acostumbrado a estirar el chicle al máximo para que dure.
Políticas erráticas
Ahora, sin embargo, muchos de nosotros hemos aprendido y no dudamos más y las oportunidades las tomamos aunque eso involucre cierto riesgo y es que, hemos aprendido que hoy el mundo cambia día a día y la posibilidad de que esto vaya a peor está latente y es alimentada con políticas erráticas por parte de todos los actores mundiales. ¡Éramos felices y no lo sabíamos! Tomar las oportunidades que se nos presentan, tener la posibilidad alcanzar cierto tipo de éxito en estos momentos y poder tener la familia que siempre soñamos, el amor que nos merecemos y que tanto anhelamos en estos dos últimos años, la profesión que a pesar de las circunstancias nos satisfaga plenamente, etcétera. En otras palabras, esa vida que realmente merecemos y que tanto nos faltó durante este caos pandémico. ¡Éramos felices y no lo sabíamos!