ISAGOGE NUMERO 6

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ARQUITECTURA BIOCLIMÁTICA Enrique Martín-Lorente Rivera Resumen: Entre las medidas de ahorro energético, de recursos y dinero, existen, además de las energías alternativas, las de la llamada arquitectura bioclimática, que se refiere a elementos pasivos como los muros, decoración y orientación de edificios. Estas sencillas medidas suponen un gran ahorro sin coste alguno o por muy poco dinero. Palabras clave: Arquitectura bioclimática, ahorro energético, energías alternativas. .

La humanidad se hace cada vez más consciente del elevado precio de la energía (se podría decir que lo que el consumidor paga hoy día por ella es simbólico) y del daño que le estamos haciendo al medio ambiente, que recaerá sobre nosotros mismos. Ello está haciendo que los países se conciencien poco a poco y se diseñen edificios y urbanizaciones enteras con medidas bioclimáticas. En España y otros lugares los edificios ya tienen calificación energética y gran parte de ella se refiere a su carácter bioclimático en el sentido que estas edificaciones llevan instalaciones de energía solar térmica, pero no siempre medidas de arquitectura pasiva. En este sentido, sólo estas últimas reciben el nombre de bioclimáticas y la calificación energética de un edificio es la suma, por así decirlo, del ahorro por medio de instalaciones energéticas (sobre todo la solar) y soluciones arquitectónicas pasivas. Respecto a la energía solar, es bien sabido que se utiliza hoy en día como ahorro de energía (sobre todo para disminuir el consumo de combustibles fósiles) y para hacer disminuir las emisiones contaminantes a la atmósfera. Pero teniendo en cuenta que estas instalaciones representan un ahorro económico y energético, también ocurre que tienen un cierto costo, el cual se amortiza en un tiempo determinado, dependiendo de la instalación, el precio del combustible y demás factores económicos. Existe también otro tipo de aprovechamiento de la energía solar, como son los llamados sistemas pasivos. Como su nombre indica no son instalaciones, sino que en obra se diseñan y dimensionan habitáculos y demás elementos, de manera que se aprovecha la energía solar sin tener que realizar costosas y complicadas instalaciones. Las desventajas de estos sistemas es que su diseño y planificación y ejecución demandan un más alto grado de preocupaciones. El arquitecto debe tener mayor nivel de conocimientos, sobre todo en lo que se refiere a arquitectura bioclimática y quizás por ello conviene que sea aconsejado en mayor medida por un ingeniero. Pero la contrapartida de estas complicaciones son las ventajas obtenidas: durante toda la vida del edificio: éste va a estar ahorrando energía sin coste de producción y tan sólo con un poco más de gasto en la construcción, que sería un porcentaje muy pequeño respecto del coste total y a veces ni eso, pues se puede hacer un edificio en cierta medida bioclimático sin coste adicional alguno respecto del mismo sin serlo. El simple hecho de la orientación de una construcción ya determina que sea bioclimático. Por ejemplo, si queremos construir una casa y tenemos posibilidad, interesa que las estancias más habitadas den al sur, sabiendo que las habitaciones que dan al oeste en verano serán calurosas por la noche y las que dan al norte serán más frescas en verano y más frías o húmedas en invierno. En principio, esto hace que podamos hacer una distribución más inteligente de las dependencias o habitáculos de la casa, en el sentido de que conseguiremos igual o más confort con menos consumo energético. 32

Isagogé, 6 (2009)


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