“La Selección Colombia siempre ha estado rodeada de representantes a la espera de meter a sus jugadores en la formación. En los tiempos de los paisas en el seleccionado se manejaba así”, dice el comentarista deportivo Iván Mejía
¿Y qué dice el ‘profe’? ¿Hay negocios dentro de la Selección Colombia para transferir futbolistas? ¿Cuál es la responsabilidad de Eduardo Lara si es que estos manejos existen? Para el periodista deportivo Iván Mejía Álvarez esta no es una situación nueva ni exclusivamente colombiana: “La selección siempre ha estado rodeada de representantes a la espera de meter alguno de sus jugadores en la formación. Antes, en los tiempos de los paisas en el seleccionado, se manejaba así. Con Reynaldo Rueda fue lo mismo. Con Lara la situación no es clara por lo de la transferencia de Cuadrado al Udinese. Creo que se le ha dado más duro a Lara de lo que realmente se debería, pero hay situaciones que no dejan claridad. En tiempos de la Sub-20 también quedó cierto sabor de sospecha cuando mantenían a Christian Nazarith en la titular a pesar de que estaba jugando muy mal. Pero no es mal nuestro, basta revisar todos los líos que han levantado las convocatorias de Maradona”. Hasta el 10 más famoso de la historia y director técnico de Argentina, recibió críticas por la misma situación en la que está envuelto Lara: después de un llamado de jugadores que Diego Maradona hiciera para que su país disputara un anodino encuentro amistoso frente a Panamá fue vendido al Porto de Portugal un volante de Colón de Santa Fe que cuando estuvo en Millonarios, jamás pudo ni siquiera disputar un encuentro de primera división con los azules por su bajo nivel, ese hombre se llama Sebastián Prediguer. Pero las palabras fundamentales en esta discusión son las del hombre implicado, las del técnico que antes de llegar al puesto como seleccionador mayor, hizo historia por su buen tino al dirigir las
selecciones juveniles del país con las que logró un campeonato suramericano, un cuarto lugar en el mundial Sub-17 de Finlandia y el Torneo Esperanzas de Toulón en Francia. En charla con GENTE, Lara contestó con amabilidad, pero con firmeza. “Tengo la conciencia tranquila. Siempre he sido honesto con mi trabajo”. Y pidió hablar de otro tema porque desde las altas esferas de la Federación de Fútbol recibió todo el respaldo de los dirigentes y más bien dejó entre líneas la posibilidad de que se haya fraguado una conspiración en su contra. “No, yo a ese tema no le voy a dar importancia”, sentenció. “Los directivos me han apoyado. El doctor Luis Bedoya me dijo: ‘yo sé quién es usted. Ha estado con nosotros durante ocho años trabajando y trabajando bien, así que no le ponga atención a esas cosas que cierto sector de la prensa está diciendo sobre usted’. Alguna gente está buscando desestabilizarme, pero no lo van a lograr. Yo, como le he dicho, tengo mi conciencia muy tranquila y no me gusta darle interés a todo lo que se ha dicho”. ¿Cree que hay un complot para sacarlo? “Mompita, dejemos ese tema así. Hagamos de cuenta que no me localizaste”. Lo cierto es que algunos hinchas se centran en los resultados de las eliminatorias pero otros discuten con pasión el tema de si Eduardo Lara tiene o no responsabilidad en el manejo cuestionado de ciertos nombres convocados. La polémica está abierta. Foto AP
apariencia, resultan sorpresivos y abren la polémica. La controversia se generó cuando, al revisar los listados de convocados, futbolistas comunes y corrientes como Josimar Mosquera y Marcos Pérez cambiaron la humildad del Arsenal de Sarandí y del Boyacá Chicó, para instalarse en el Al Ahly de Arabia y el Gimnasia y Esgrima La Plata de Argentina. Sin embargo, el caso que mayor ampolla levantó fue el de Juan Guillermo Cuadrado, eficiente y juvenil lateral del Deportivo Independiente Medellín que pasó sin ninguna escala al Udinese de Italia luego de que fuera convocado para los encuentros que disputó Colombia frente a Argentina y Perú. Lo curioso es que Cuadrado no estuvo un solo minuto en la cancha.
Pena amarilla Si se confirma que algunos jugadores acudieron a las convocatorias tan solo para ser más visibles y más fáciles de vender, sería como para taparse la cara de la vergüenza.