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LA MAGIA DE SER MADRE

Mamá es una de las primeras palabras que aprendemos cuando somos niños, esa palabra que encierra miles de emociones y sentimientos cuando la pronunciamos y escuchamos, esa sensación de cobijo, sostén, protección, amor y a su vez responsabilidad, compromiso, disposición, entrega que para muchas mujeres suele resultar un reto y una de las bendiciones más grandes que les puede suceder. Como seres humanos nuestra primer relación es con nuestra madre, bien dice el dicho que “madre solo hay una” y siento que esta frase va más allá del hecho que una mujer dé a luz una vida, para mi es ese ser que está dispuesto a darle tiempo, amor, enseñanzas y aprendizajes a ese bebé que tiene todo un mundo por descubrir y desde el inicio siempre es ella, no existe quien la remplace.

Toda madre tiene con sus hijos una conexión más allá de todo, que es inexplicable superando lo racional. Es en la relación con nuestra madre donde descubrimos nuestra existencia y aprendemos que merecemos ser amados y podemos amar, con ese primer vínculo profundo de amor madre-hij@, todos descubrimos que somos reales y existimos, reconocemos cuál es nuestro lugar en el mundo y nuestra propia identidad, tres aspectos indispensables para contestarnos la pregunta: ¿Quién soy?

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Son muchas las áreas y roles que una madre aprende a manejar, y digo que aprende porque antes de serlo nadie le enseñó, preparó y no estudió para ser madre. Sin embargo, qué interesante, saben ser mamás! Guiadas por el amor incondicional que sienten por los hijos.

Mamá es la que nos cuenta la vida, cómo es la vida, la que nos traduce el mundo, la que nos va armando los recuerdos que tendremos de nuestra infancia.

Esta unión dura incluso más allá de su partida de esta vida terrenal. Como dice Daniel N. Stern: “Lo que una madre da a luz en su mente no es un nuevo ser humano, sino una nueva identidad: el sentido de ser una madre.”

Laura LM

Laura Glam

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