Ricardo Corazón de León y el Retablo de San Miguel de Aralar: Apéndice I
Respecto a la aparente contradicción entre el excepcional valor del frontal y la supuesta pobreza del santuario, lo cierto es que por mucho que se pretenda menospreciar su importancia, tanto su historia como su extraordinaria construcción en lo alto de una montaña de difícil acceso evidencian que, como ya recordaba Íñiguez, disfrutaba de las mayores consideraciones por parte de los reyes, los obispos y el pueblo. De hecho, como atestigua García de Palacios, dos siglos después de que Navarra hubiera sido invadida y conquistada por Castilla, el santuario todavía ostentaba tambien y por justa razon, del titulo de Casa Real de Navarra: por ser de antiguos tiempos esta Casa Patronato Real de sus Reyes. 53 En cualquier caso, es evidente que los argumentos que con más fundamento invalidan la idea de que el frontal de Aralar fue realizado para la catedral de Pamplona son los de mi propuesta sobre su origen. Es decir, que fue el regalo de novios con el que Ricardo ‘Corazón de León’ confirmó su compromiso matrimonial con Berenguela de Navarra, y que fue concebido para que ésta lo donara al santuario que recibía la devoción de los miembros de la dinastía Ximena. © Manuel Sagastibelza Beraza.
Fotografías:
© José Luis Larrión. © National Gallery of Art, Washington D.C. © Nationalmuseet, Copenhague. © The State Hermitage Museum, San Petersburgo Государственный Эрмитаж. © The British Library. © Fundación para la Conservación del Patrimonio Histórico de Navarra (FCPHN).
Agradecimientos: Además de a Mikel Zuza, que una vez más ha estado siempre ahí, debo agradecer la amable atención que, independientemente de que compartan o no mi trabajo, me han prestado Esperanza Aragonés Estella, Clara Fernández-Ladreda y Javier Martínez de Aguirre. Y asimismo, a Alicia Ancho Villanueva, de la Sección de Bienes Muebles y Registro del Patrimonio del Gobierno de Navarra, por haber puesto a mi disposición la documentación relativa a la restauración de 1982, y a Barbara Wood, de la National Gallery de Washington, Marie Thorpstrup Laursen, del Museo Nacional de Dinamarca, Olga Novoseltseva, del Museo del Hermitage de San Petersburgo y Victor Asensio Palacios, de la Fundación para la Conservación del Patrimonio Histórico de Navarra, sin cuya colaboración no habría sido posible obtener la mayoría de las fotografías que he utilizado para reforzar mi trabajo.
53
Ibídem, cap. 18, pp. 118v.
77