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Los fans le pusieron ‘sabor’

Euforia, adrenalina desbordada y cánticos de los fanáticos de ambos equipos, arrancaron oficialmente un domingo inigualable para los amantes de la NFL que se dieron cita al Super Bowl LVII, donde se escribió un nuevo capítulo de la historia del deporte a nivel mundial.

Una marea roja y verde tiñó los alrededores del State Farm Stadium, pues los aficionados llegaron desde muy temprano para poder estar en la fiesta previa a la que tenían acceso, así como un NFL Experience para después comenzar a poblar las gradas del inmueble.

A partir de las 13:00 horas, el estadio abrió sus puertas para recibir a la gente y dar el banderazo inicial del gran juego. Poco a poco comenzaron a llegar los aficionados y también fue evidente una superioridad, en número, de los seguidores de los Eagles, que en todo momento opacaron los gritos de sus rivales, mientras caminaban por los pasillos.

De igual manera, la NFL Shop fue una de las zonas más concurridas por parte de los visitantes, que aprovecharon para llevarse un recuerdo de esta experiencia. Gorras, camisetas, sudaderas, que tenían un precio a partir de los 30 dólares.

Vale decir que los trajes coloridos y llenos de creatividad tampoco faltaron, pues los seguidores echaron a volar su imaginación para, también, competir en este rubro.

Una vez en las tribunas, el apoyo a Philadelphia fue mucho más evidente, ya que, en la presentación de Kansas City, el abucheo general fue para Patrick Mahomes, quarterback de la franquicia, que para este encuentro tuvo la categoría de visitante.

No obstante, la ovación se hizo sentir al máximo para Jalen Hurts, pasador de los Eagles; así como para Jason Kelce, centro del equipo que mantiene una rivalidad deportiva con su hermano Travis de los Chiefs, que buscaban su segundo anillo de Super Bowl.

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