Grupo Renacer de Costa Rica, Anuario 2009

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Aquí fue donde empecé a leer sobre el duelo y me interesé en buscar información en Internet. Apareció información del grupo Renacer y tuve la oportunidad de leer un poco, sobre eso. Par cipé en varias marchas y facilité mi casa para que se llevaran a cabo varias reuniones.

Hannia Lopez Cuando mi hijo David par ó; me enfrenté al dolor y la desolación más grandes que había experimentado en mi vida. Al principio estuve paralizada, inmóvil, sin saber qué hacer. ¿Cómo con nuar mi vida, con ese dolor tan inmenso? Empezaron las llamadas de medios de comunicación y de otras personas que al igual que nosotros habían perdido un hijo por homicidio. Álvaro, el papá de David, se me ó de lleno con un grupo de personas tratando de darle forma a una Asociación, en defensa de los derechos de las víc mas. Al pasar ocho días del fallecimiento de David, conseguí cita con una psiquiatra, quien además de medicarme e incapacitarme me remi ó al Grupo de duelo del Hospital Calderón Guardia.

Fue entonces cuando empecé a sen r que en ese grupo se manejaba demasiado rencor y deseos de venganza. Se estaba trabajando hacia afuera (pidiendo leyes, etc.), pero no se trabajaba hacia adentro. Sen a que ahí no encontrábamos alivianar el dolor, sino, mas bien alentar sen mientos nega vos. En una de esas reuniones, se me comentó que Don Eduardo Mena había hablado sobre abrir un grupo Renacer en Costa Rica. Me pareció una excelente idea ya que esa era la parte que faltaba trabajar. Nos reunimos un día en su casa y me dejó impresionada el entusiasmo que emanaba de él cuando hablaba de Renacer en contraste con la paz que irradiaba su esposa Ruth. Ese día decidimos empezar a trabajar estudiando algún material y quedamos en buscar a otras personas que quisieran trabajar con nosotros. Inmediatamente pensé en Milagro y Fernando, compañeros del Grupo del Calderón. Les propuse la idea y aceptaron reunirse con nosotros.

Fue así como se empezó a dar forma al grupo Renacer. Eduardo siempre dándonos documentos para leer sobre Renacer, sus obje vos, la forma de trabajo, etc. A veces Milagro discu a en algún tema que no estaba de acuerdo. Fernando que empezó como a disgusto y al principio asis endo como “obligado”, pero siempre perseverante. Ruth por lo general callada, pero cuando aportaba algo, nos dejaba a todos “callados” porque por lo general sus palabras siempre son muy sabias y comedidas. Álvaro tratando de buscar la an tesis del otro grupo y tratando de convencerse a sí mismo de que con esto podríamos salir adelante. Y por supuesto yo, que al ver el esfuerzo que realizábamos todos empecé a vislumbrar una pequeña luz de esperanza al final de ese túnel oscuro en que me encontraba. Y aunque aún me duela mucho y sé que tengo mucho camino por “andar”, me siento orgullosa de que la muerte de David haya dado tantos frutos, que su par da no fue en vano y que su memoria será honrada al pasar el empo, junto con todos los hijos de Renacer. Gracias a todos por compar r las historias de amor.

Hannia, mamá de David en el cielo y de Nitzi y Karina aquí en la Ɵerra.

Anuario Renacer • 7


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