el experimento de la intencion

Page 91

El Experimento de la Intención

receptor parecía estar respondiendo a la intención casi instantáneamente. De hecho, la respuesta del receptor se produjo al menos un segundo más rápido de lo que habría sido posible en el caso de que el emisor hubiese formulado conscientemente su intención. Radin no estaba seguro de si esto quería decir que el receptor había tenido una premonición de la intención. Podría simplemente haber reflejado la turgente naturaleza de la respuesta de la conductibilidad de la piel; el receptor estaba probablemente respondiendo en sus extremidades a informaciones enviadas por el sistema nervioso central del emisor, que habría reaccionado a la estimulación inicial de la imagen en la pantalla mucho más rápido que los impulsos eléctricos enviados a las puntas de sus dedos. Sin embargo, según Radin, las dos respuestas de la conducdbilidad de la piel estaban correlacionadas, incluso si se hallaban levemente desfasadas. Ocurría algo parecido con la frecuencia cardíaca. La del emisor aumentaba cinco segundos después del estímulo para comenzar a enviar la intención —lo cual era consistente con la respuesta física que se produce en el cuerpo cuando se realiza algún tipo de esfuerzo mental-. Pero el receptor experimentaba un aumento idéntico, algo que no sucedería por regla general con una persona que estuviese simplemente descansando en un sillón reclinable. El flujo sanguíneo seguía una pauta similar. Siempre que experimentamos algo que nos estimula, la red vascular de nuestras extremidades se contrae ligeramente, para maximizar el flujo sanguíneo hacia el centro del cuerpo. En el experimento del amor, este fenómeno se producía en el emisor, y pronto comenzaba a originarse en el cuerpo del receptor. En lo que respecta a la respiración, siempre que aparecía la imagen en la pantalla, el emisor inspiraba con fuerza inmediatamente y espiraba quince segundos más tarde. Esta respuesta respiratoria se parece a la de alguien que está preparándose para la tarea que debe realizar. En este caso, la respuesta del receptor fue disdnta. Durante los primeros cinco segundos, la respiración del receptor vaciló, como si hubiese dejado de respirar, y luego se reanudó con una larga espiración en los cinco segundos finales de la intención. Era como si el receptor hubiese estado escuchando con atención, conteniendo la respiración y haciendo un esfuerzo por oír algo, antes de dar un suspiro de alivio cuando el estímulo ya ha pasado. Pero los resultados más interesantes fueron los de las ondas cerebrales. Siempre que la imagen del receptor aparecía en la pantalla, los emisores registraban un pequeño aumento en sus ondas cerebrales, como un respingo, y a continuación un fuerte y repentino aumento durante un tercio de segundo para luego caer y tardar un segundo en regresar al nivel inicial. En el emisor, este pequeño aumento inicial representaba algo llamado onda P300 -un fenómeno que registra el tiempo que tarda el cerebro en procesar el encendido de una luz—. La caída indicaba el dempo que necesita la atención para convertir el estímulo en una respuesta. En este caso, los receptores no tenían una onda P300; sin embargo, sus ondas cerebrales reproducían la caída vertical de las ondas cere-

91


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.