8 minute read

Situación de las personas trans en Chile

talleres de capacitación a fin de que una mujer trans se desempeñara como documentadora de vulneraciones a los derechos humanos en su territorio. Se trata de una

estrategia que garantiza el éxito en la documentación debido al acercamiento directo hacia su misma población. La RedLacTrans reconoce el apoyo brindado por Robert Carr Fund, por el trabajo de documentación y elaboración del presente informe. Este proceso ha demostrado que el trabajo en asocio entre diferentes organizaciones es la estrategia que asegurará la continuidad del CeDoSTALC para disminuir las violaciones a los derechos humanos que sufren las personas trans en América Latina y el Caribe.

Advertisement

Situación de las personas trans en Chile

En general, durante el año 2021lasituación de las personas trans en Chile continuó siendovulnerable y precaria en lasáreasde salud, trabajo, vivienda, reconocimiento de la identidad,entre otras.Esta situación se ha visto agravada por la pandemia del COVID, lo que ha implicado la reducción del trabajo sexual, principal fuente de ingresos para la comunidad trans. Naturalmente, esto desencadenó una mayor precarización para la mayoría de las compañeras de nuestra comunidad, ya históricamente marginadas por el sistema heteropatriarcal y apartadas de la posibilidad de tener una vida digna. La falta de ingresos, de alimentación y vivienda sólo han sido paliadas por nuestra propia comunidad, ya que en la Mesa Social COVID, única instancia gubernamental para combatir la pandemia, no se ha incluidoaninguna persona de las disidencias sexuales. Así, por ejemplo, si bienel gobierno y el congreso nacional promulgaron proyectos de ley para la entrega de ayuda monetaria a las familias de nuestro país, como un porcentaje de las cuentas AFP -cuenta personal de pensión- de las personas, bonos directos y otros por número de miembros familiares, dado que estas ayudas fueron dirigidas a trabajadores formales, la mayor parte de nuestras compañeras no accedió a ninguna de ellas debido a la informalidad del trabajo sexual. Además de lo anterior la “Ficha de Protección Social” diseñada por el Ministerio de Desarrollo Social resulta ser altamente discriminatoria con nuestra comunidad puesto que no reconoce las identidades de género trans,ni tampoco las vulnerabilidades específicas de las mujeres trans en el ámbito laboral. Tampoco contempla a las mujeres trans jefas de hogar que no han podido rectificar su partida de nacimiento a través de la Ley de Identidad

de Género, así como las dificultades que puedan pasar quienes tienen problemas de salud asociados al VIH/SIDA o alguna otra complicación en su salud física y mental. Como resultado, una gran cantidad de mujeres trans han quedado por fuera de los beneficios gubernamentales, y muchas sencillamente no podían alimentarse. Frente a esta situación de urgente necesidad, desde Amanda Jofré respondimos de dos maneras: en primer lugar, cada mes se ha repartido mercadería a las socias de nuestro sindicato que estén dentro de lo que consideramos "grupo prioritario", es decir, personas que no han podido reactivar la actividad del trabajosexual. Por otro lado, también hemos gestionado un aporte monetario a las compañeras que desempeñan un rol específico dentro de la organización, tales como secretaria, compiladora de casos, distribuidora de preservativos, así como realización de testeos del VIH, entre otros. Detodas maneras,la pandemia también golpeó a nuestra organización. Así, nuestro presupuesto se redujo considerablemente debido a que las socias, sin tener fuente laboral, no pudieron pagar consistentemente la cuota de membresía, pero sobre todo porque las entidades financiadoras de proyectos, tales como ONG, comenzaron a dividir los presupuestos entre las distintas organizaciones trans. Lo anterior no solo implicó reducir parcialmente nuestros programas de entrega de mercadería mensual, testeos para detección del VIH o entrega de preservativos, sino la imposibilidad de pagar el arriendo de la conocida "Casa Trans", centro de operaciones de nuestra organizaciónemplazada en pleno Santiago Centro, debiendo finalmente cederla a finales de marzo. Esto nos obligó a operar hasta comienzos de mayo solo a través de redes sociales, reduciendo así nuestra incidencia política. Sin embargo, a partir de abril redoblamos los esfuerzos para obtener una casa en comodato, sueño original de todas nuestras compañeras. A través de la diputada Natalia Castillo, se hizo una campaña para reunir firmas de manera de presionar políticamente al Ministerio de Bienes Nacionales, institución capaz de entregar un inmueble bajo las condiciones requeridas por nuestra organización. Sin embargo, esto fue denegado. El no poseer una dirección física también nos afectó de manera negativa pues nos impide postular a proyectos de financiadores. Afortunadamente, a partir del mes de mayo obtuvimos la colaboración de Teatro Sur, corporación cultural del barrio Yungay en Santiago Centro; de este modo, a partir de una carta de asociatividad, logramos recuperar no sólo una dirección física, sino nuestro centro de operaciones. En cuanto a la situación general, podemos decir que las personas trans en Chile continuamosexpuestas a una vulnerabilidad estructural, pues en los diferentes ámbitos de

la vida social no tenemos acceso a los derechos humanos que en cambio poseen las personas cisgénero. En las pocas instituciones donde hay protección de algún tipo, esta es mínima por cuanto solo están disponibles circulares -no leyes- emanadas de ministerios. Es lo que ocurre en las instituciones de educación, salud y sistema carcelario, donde sólo se cuenta con disposiciones para el trato respetuoso y correcto de la identidad de género autopercibida, pero nada se dice respecto a los derechos humanos que cada uno de esos ministerios debería garantizar para la comunidad trans. Por todo lo mencionado, aun vivimos dentro de un espectro de precarización general, puesnadie asegura nuestro acceso a salud, educación, vivienda y trabajo digno. Si bien actualmente en Chile no hay normativas explícitamente contrarias a los derechos humanos, hay leyes que, por omisión, permiten una agresión estructural y sistémica sobre los derechos humanos de las personas trans. Es el caso de la misma Constitución de la República de Chile; creada por hombres heterosexuales cisgénero en plena dictadura militar,con marcado carácter conservadorque, precisamente,"conserva" la familia nuclear heterosexual. Lo anterior es observable en losartículos1 y 19. En ellos queda claro que lo que se resguardará será la familia y sus componentes, el hombre y la mujer heterosexual y cisgénero, entendiéndolos como entes que solo reproducen esta misma institución, tanto material como institucionalmente.Por lo tanto, si bien se consagra el supuesto de la "igualdad ante la ley", la mujer transen particular y la comunidad trans en general, al estar fuera del sistema cis-hétero, no puede ser "un igual", precisamente porque no se ajusta a la mencionada reproducción. Por tal motivo, aunque las personas trans se esfuercen por estar integradas ala "comunidad nacional", la misma Constitución consagra en el artículo 1la institucionalidad del Estado que nos expulsa. Es por esta razón que como comunidad trans debemos presionarpolíticamente, yde forma constante, para asegurar nuestros derechos, concepto que se da por sentado en nuestra Constitución para el "hombre" y la "mujer" hetero-cis. Es precisamente contra este tipo de omisiones que se gestó la conocida Ley 20609 en 2012, más conocida como Ley Zamudio, en honor al joven de orientación homosexual asesinado ese año por un grupo de neonazis. Esta ley aplica penas sobre cualquier discriminación arbitraria, la cual incluye el sexo, la expresión e identidad de género entre otras 15 tipologías, aduciendo que su objetivo es “instaurar un mecanismo judicial que permita restablecer eficazmente el imperio del derecho cuando se cometa un acto de discriminación" .

No obstante, tanto desde el mundo del activismo como del derecho se han hecho críticas a sus disposiciones legales. Entre ellas, se menciona que una de sus principales debilidades es la falta de mecanismospedagógicospara la prevención de una situación de discriminación, la falta de una reparación efectiva para las víctimas, la omisión de la discriminación estructural por parte de instituciones públicas y privadas, así como la falta de un mecanismo que pene los discursos de odio a través de los medios de comunicación. Pese a lo anterior, durante 2021se ha abierto una brecha en el escenario político de nuestro país, puesto que luego de una elección popular nacida al calor del estallido social del año 2019, una Convención Constitucional ha comenzado a redactar una nueva carta magna. En el marco de esta apertura a transformaciones institucionales, las diversas organizaciones de la sociedad civil han sido invitadas a exponer sus diferentes inquietudes. Así, en la sesión del 25 de agosto, Amanda Jofré, a través de una de nuestra voceraAnastasia Benavente, logró exponernuestras condiciones de vida.Este nuevo capítulo en la historia de nuestro país tiene como posibilidad el discutir disposiciones legales que protejan directamente en la Constitución los derechos humanos de las disidencias sexuales y, en particular, de la comunidad trans. También es importante recalcar que durante el año desde el parlamento se introdujo por primera vez adiscusión un proyecto de Ley de Inclusión Laboral Trans, así como una moción para enmendar la Ley Zamudio. En caso de ser aprobadas. podrían mejorar sustancialmente nuestroacceso a derechos fundamentales.

Finalmente, queda apuntar que, en el terreno del reconocimiento a la Identidad de Género, sobre todo en comparación a otros países de la regiónsudamericana, la Ley 21120 que Reconoce y da Protección al Derecho a la Identidad de Géneroha implicado un avance general, puesto que permite la rectificación de la partida de nacimiento y con ello la alteración de todos los documentos legales a partir delgénero autopercibido. Lo anterior ha permitido subsanar un grave daño, gestado por años por el Estado de Chile, contra las personas trans cada vez que debíamos interactuar con instituciones que cuestionaban nuestra identidad. Aun así, esta leyaun presenta limitaciones, pues no permite cambiar el género autopercibido auna identidad no binaria,y también supone dificultadesadicionales para las personas entre 14 y 18 años quienes, por encontrarse bajo la mayoría de edad, deben acudir a sus padres o tutores para realizarel cambio, los cuales pueden impedirel trámite.

This article is from: