Nazismo texto final

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Economía y empresas en la dictadura nazi

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SA fueron las encargadas de obligar violentamente a los comer­ ciantes a comprar y poner en venta los productos del partido, con el propósito de aumentar la recaudación de fondos.5

La complicidad de las corporaciones estadounidenses Un libro del historiador estadounidense Charles Higham titu­ lado Transacciones concertadas con el adversario. Desenmas­ ca­ramiento del complot monetario nazi-estadounidense de 1939–1949, refleja la colaboración de empresas de Estados Uni­dos con el régimen de Hitler. Entre ellas se encuentran la Texas Company, la Standard Oil of New Jersey, el Chase Man­ hattan Bank, la International Telephone and Telegraph Cor­po­ ration (ITT), la Ford, la Sterling Products y otras. Según prueba el autor, estos importantes negocios no eran desaprobados por in­te­grantes del gobierno de Estados Unidos, tales como Jesse Jones, titular de Comercio y Henry Morgenthau, de Hacienda, además de otros altos funcionarios del Departamento de Estado. La Standard Oil of New Jersey, perteneciente al grupo de la familia Rockefeller, enviaba petróleo para los carros blinda­ dos alemanes vía Suiza. Esta empresa había firmado, en 1926, acuerdos de intercambios de patentes e investigaciones con la I.G. Farben. Con Hitler en el poder, ambas empresas mantu­ vieron sus contratos, los que permitieron a los nazis obtener las patentes para garantizar el combustible de aviación. La Standard Oil había ordenado también realizar exploraciones petroleras en Hungría y Rumania para que el crudo fuera envia­ do a las refinerías de la I.G. Farben en Alemania.


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