Revista cabildo 2018

Page 113

TRANSCRIPCIÓN LITERAL DE LA CRÓNICA LATINA DE JAIME I

TRADUCCIÓN LIBRE DE LA CRÓNICA LATINA DE JAIME I

XII. De Sollempni celebratione1 altaris Beate Virginis in mezquita mayori Murciensi.

XII. De la solemne fundación1 del altar de la Santísima Virgen María en la mezquita mayor de Murcia.

Laudabilem suam consuetudinem Rex oblivisa nesciens, qua in omnibus civitatibus et villis quando manibus et errore infidelium ereptas divinus favor sibit concessit, altare mayus hedificare conserverat in honorem semper virginis Dei genitricis Marie, attendens consideratione devota, quod hec2 erat mayor villa et honore precelsor que in tota Andaluzia esset post Yspalim, mandavit in dicta mezquita mayori3 hedificari altare, ut domus que tot annis illi pseudo prophete servierat erroneo4 cultui, iam facta mutatione per dexteram excelsi beatissime matri et virgini perpetuis temporibus deserviret.

[ALTAR]. Porque los hechos se olvidan, el rey tiene por laudable costumbre que en todas las ciudades y villas que la gracia del cielo2 le permite ir tomando a los infieles se erija un altar mayor dedicado a la siempre virgen María, madre de Dios, para su debido culto. Y, siendo Murcia la mayor y más notable ciudad de toda Andalucía, salvo Sevilla, movido por su inquebrantable fe dispuso que su mezquita mayor, donde regularmente se venía rindiendo erróneo culto al pseudo profeta [Mahoma], se transformara en templo dedicado al culto verdadero, en cuyo altar mayor la santísima virgen María, madre de Dios, fuese eternamente3 venerada.

Secunda die post altare hedificatum precepit Rex super vestiri excellentissimo capelle regie5 apparatu. Et processione devotissime ordinata crucibus cristallinis et argentiis premissis, subsequentibus clericis omnibus capis induti6 serici ymnos et gratias Deo antantibus. Capita7 erant huius ecclesiastici cetus Dominus Arnaldus de Gurbo Barchinonensi Episcopus, et Caraginensis Antistes, induti pontificalibus ornamentis. Sed in tam sollempni processionis ordine ante duos Episcopos cum debita reverentia portabatur ymago semper virginis pannis ab alto super extensis aureis. Et ecclesiástica maturitate processit clerus a domo Regia exteriori, intrans per portas8, Murcie versus ecclesiam, ubi ymago semper virginis collocaretur tot preventa honoribus, quasi sponsa in propio talamo. Et mesquite mayoris vocalum in beate Marie Ecclesiam felici comerci commutaret. Sed post Episcopos apparebat Rex gloriosus atleta fidei, xristi pugil, devotus virginis, ampliator Ecclesie semper invictus, et huius diei leticie tanto desiderate tempore apprehensor9, cor habebat repletum gaudio, et frequenter gratias agens dirigebat ad10 celum suorum lumina oculorum. Ibant post Regem tot nobiles, tam pulcra milicia, tantaque11 multitudo popularis. Ibi cantus, ibi tubarum clangor, ibi voces populorum, ut tota Murcia inaudita usque adhuc leticia resonaret.

[PROCESIÓN]. Dos días después4, dispuesto ya el altar, el rey determinó que la capilla real se ornamentara en excelente forma. Entonces, devotísimamente ordenada partió la procesión precedida por cruces de cristalina [refulgente] plata5, seguidas por clérigos revestidos con capas de seda cantando himnos en acción de gracia y alabanza a Dios Todopoderoso. Presidía6 el orden eclesiástico don Arnaldo de Gurbo, obispo de Barcelona, y el obispo de Cartagena, revestidos con ricos ornamentos ceremoniales. En tan solemne orden procesional, realzado por la presencia de los dos obispos, marchaban seguidamente quienes portaban en alto, con máximo fervor, estandartes de paño con la imagen de María7. Desde el campamento real, la procesión entró en Murcia por una de sus puertas, en dirección a la iglesia en cuyo altar la imagen de María sería colocada y colmada de honores, cual esposa en su propio tálamo. Entonces, la mezquita mayor daría en ser iglesia de Santa María. Tras los obispos, marchaba el glorioso rey, atleta de la fe, púgil de Cristo, devoto de la Virgen, invicto defensor de la Iglesia y conquistador de la ciudad tanto tiempo anhelada8. Quien, radiante de gozo, marchaba dando gracias a Dios, con los ojos en lágrimas vueltos al cielo. Tras él, iban los nobles, la pulcra milicia y una gran multitud. Por doquier, oíanse cánticos9, resonar de tubas10 y expresiones populares. De suerte tal que toda aquella Murcia inaudita11 rezumaba una alegría desconocida hasta entonces.

115


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.