El buen samaritano Símbolos olvidados
FOTOGRAFÍAS POR JOHN W. WELCH, EXCEPTO DONDE SE INDIQUE; IMÁGENES DE SENS CORTESÍA DE CL. MUSÉES DE SENS (FRANCIA), E. BERRY (PANORÁMICA GENERAL) Y J.-P. ELIE (DETALLES); FOTOGRAFÍAS DEL FONDO Y LAS VENDAS POR MATTHEW REIER.
P O R J O H N W. W E L C H
Profesor de la Facultad de Leyes J. Reuben Clark de la Universidad Brigham Young y editor jefe de BYU Studies
D
e todos los relatos que contó Jesucristo, la parábola del buen samaritano se cuenta entre los que más influencia ha tenido en nosotros. Se la contó a un hombre que le había preguntado: “…Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna?”. Jesús le respondió con una pregunta: “…¿Qué está escrito en la ley?”. El hombre contestó, refiriéndose a Deuteronomio 6:5 y Levítico 19:18: “…Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón… y a tu prójimo como a ti mismo”. Cuando Jesús prometió “haz esto, y vivirás”, el hombre replicó desafiante: “…¿Y quién es mi prójimo?”. En respuesta a las preguntas de aquel hombre, Jesús relató la parábola del buen samaritano (véase Lucas 10:25–35).
Significados más profundos
El Salvador solía hablar en parábolas porque cada una encierra un significado más profundo que sólo entienden aquellos que tienen “oídos para oír” (Mateo 13:9). El profeta José Smith afirmó que los incrédulos no entienden las parábolas del Salvador. “Pero [el Señor] explicaba [las parábolas] a Sus discípulos con claridad”, y nosotros podemos entenderlas, enseñó el Profeta, “si tan sólo… queremos abrir los ojos… y leer con candor”1. El comprender este principio nos invita a reflexionar en el mensaje simbólico del buen samaritano. A la luz del Evangelio de Jesucristo, este magistral relato compendia de manera brillante el plan de salvación de un modo tal que pocos lectores actuales han percibido. El contenido de esta parábola es eminentemente práctico y conmovedor respecto a su significado obvio, pero una antigua tradición cristiana también considera la parábola
Esta parábola puede entenderse como una impresionante alegoría de la Caída y la Redención del género humano.
L I A H O N A FEBRERO DE 2007 27