” CÓMO LA LEY SECA CREÓ LA CIENCIA FORENSE
10.000 ciudadanos estadounidenses murieron por beber alcohol adulterado por orden de su gobierno.
”
contratados por el hampa redestilaban las partidas robadas
El problema era que por entonces no se sabía detectar sus
en las fábricas para alimentar la demanda de ginebra y
restos en el cuerpo y, lo que es más importante, averiguar si
whisky de las decenas de miles de garitos clandestinos
el fallecido lo había sido por tomar demasiado o por beber
que poblaban toda la geografía. Sólo en Nueva York se
alcohol adulterado con algún veneno.
localizaron más de 35.000
Su segundo, Gettler, ensayó hasta 58 formas de detectarlo,
El Gobierno obligó a adulterar el alcohol de uso
tanto en tejidos humanos como en la propia bebida. Ambos
industrial con agentes tóxicos
son sintetizados por el hígado como formaldehido, pero
Al principio era relativamente fácil. El Gobierno obligaba a mezclar cien partes de alcohol etílico con dos de metílico. El primero hierve sobre los 68 grados, el segundo un poco antes, a los 65. De esta manera, con el instrumental
el metílico en más cantidad, por lo que se tarda más en metabolizarlo. Además, genera otro subproducto, el ácido fórmico, muy tóxico. Gettler halló un sistema para detectar la cantidad y calidad del alcohol en el hígado y en el cerebro.
adecuado, conseguían evaporar el metanol, dejando el
La victoria de los demócratas acabó con la era de la
etanol listo para ponerle aroma a ginebra, algo de azúcar
Ley Seca
para el ron o un colorante en el caso del whisky.
Según estimaciones de la autora, 10.000 ciudadanos
El departamento del Tesoro, responsable de hacer cumplir
estadounidenses murieron por beber alcohol adulterado por
la prohibición (el verdadero Elliot Ness que cazó a Al
orden de su gobierno. “Miles más murieron por beber varias
Capone era uno de sus funcionarios), se vio obligado a
formas de licores clandestinos o, directamente, alcohol
idear nuevas fórmulas para impedir el consumo de
industrial”, añade.
alcohol. Hasta 70 recetas diferentes ensayó, cada una más peligrosa que la anterior. Usaron acetona, bisulfato de quinina, queroseno o ácido carbólico.
No son exageraciones de la profesora Blum o del doctor Norris. Al consultar la prensa de la época, como The New York Times o el Daily Record, tanto la oposición demócrata
Los mafiosos contrataron a químicos para
como la prensa liberal acusaron al gobierno de estar
redestilarlo: hasta 10.000 muertos
detrás del envenenamiento. Hasta en tres ocasiones, los
Pero las muertes por alcoholismo empezaron a subir. El propio Charles Norris empezó a elaborar estadísticas de muertes por consumo de alcohol y convocar conferencias de prensa para darlas denunciando el “ensayo de exterminación” que estaba llevando a cabo el gobierno. En 1926, según sus datos, murieron 11.700 personas por beber alcohol en EE.UU.
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demócratas (en su mayor parte adheridos al bloque húmedo, como se conocía a los pro alcohol) votaron mociones contra la provisión de fondos para adulterar el alcohol industrial. Pero estaban en minoría. No fue hasta noviembre de 1932, cuando Franklin D. Roosevelt ganó las presidenciales y aseguró que los días felices “han regresado”: la Ley Seca se había acabado.