Cuaderno 2 senda libre

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Mauricio Martínez Padilla

poner en duda si lo que buscamos es un salvador o un buen amigo que se acople a mí. Para ilustrar la idea anterior tomo un fragmento de la colección popular del fondo de cultura titulado El diosero: “los dioses son viejos… ya no sirven ---me dice----. Yo haré otro, fuerte y valiente, que acabe con el agua. … Y Kai-Lan, echado frente al montón de barro, empieza a modelar con insospechada maestría un nuevo incensario, un dios lucido y potente, capaz de conjurar a las nubes que ahora se desprenden sobre el río”6. El hombre llamado Kai-Lan es el señor del caríbal de Puná, una isla de Ecuador, y es el encargado del templo donde vive el dios, pero no solo es el cuidador, sino que también es quien puede quitar al dios de su lugar para colocar a otro dios mejor. Con esta pequeña parte del relato podemos notar que en la actualidad el hombre tiene la misma libertad que Kai-Lan, podemos poner y quitar del templo al dios y al mismo tiempo podemos hacer uno mejor, que nos ayude a salir de la circunstancia en la cual nos encontramos. Desde mi punto de vista me parece que la religión y sus diversa manifestaciones no se deben abordar desde el simple hecho de la conveniencia o las circunstancias, es decir, no debemos de fingir con algo que no nos agrade solo porque me conviene o tratar de hacer empatía con los demás porque sé que de ello obtendré una ventaja. Podemos constatar que en todas al religiones encontramos personas muy buen ay entregadas con sus creencias, pero a la vez 6

Francisco Rojas Gonzales, El diosero, Fondo de cultura económica, Colección popular 16, México 2013.

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