no habían ido en dicho Rosario y tiene por cierto que todos los que la acompañaron y rezaron el Santo Rosario la vieron, y los que no, no; y dicha visión le ha causado mucha devoción por haber sido cosa tan espantosa y memorable, y esta dicha visión fue hasta que se acabó de rezar el verso del Gloria Patri, Paternóster y principios del Ave María, y luego fue deshaciéndose dicha imagen. Y que esto sucedió, vio y pasó el día domingo que se contaron treinta de diciembre como a horas de las cinco de la tarde poco más o menos. Y esto que ha dicho y declarado es público y notorio, pública voz y fama y la verdad so cargo del dicho juramento que fecho tiene en que se afirmó y ratificó, habiéndosele leído esta su declaración y lo firmó juntamente con su merced.- Doctor Don Pedro de Zumárraga.- Doctor Don Luis Matheu y Sanz.- Ante mí Tomás Fernández de Fraga- Notario Mayor y Público”.
Declaración del Presbítero D. José de Ulloa “En la muy noble y muy leal ciudad de San Francisco de Quito, a tres días del mes de Enero de mil seiscientos noventa y siete años, el Señor Doctor Don Pedro de Zumárraga, Canónigo Doctorado de la Santa Iglesia Catedral de esta dicha ciudad, Provisor y Vicario General de este Obispado, en cumplimiento del auto de esta otra parte hizo parecer, ante su merced al Licenciado Don José de Ulloa y de la Cadena, Presbítero, Capellán del Monasterio de la Limpia Concepción de la Real de dicha ciudad, del cual le recibió juramento por Dios Nuestro Señor et in verbo sacerdotis, puesta la mano sobre su pecho y corona y so cargo de él prometió decir la verdad y siéndole leído el dicho auto y examinado al tenor de él. Dijo que, como a las cuatro y tres cuartos de la tarde poco más o menos según pareció, yendo cantando el Santo Rosario de Nuestra Señora que sale los domingos de esta Santa Iglesia Catedral, asignados por autoridad del Ilustrísimo Señor Doctor Don Sancho de Andrade y Figueroa, mi Señor Obispo de este Obispado, del Consejo de su Majestad, en las últimas escaleras del pretil del Convento de San Francisco de esta ciudad que caen derechas a la calle de Señora Santa Clara de ella, por donde iba lo más de la procesión, tocaron la campanilla; y arrodillándose todos los del Coro principal al cantar el Gloria Patri, alzó los ojos al cielo y en la región media del aire, a la parte del Norte que cae por elevación
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