el pueblo congregado frente a la residencia episcopal decía que la Virgen de Guápulo le ha de salvar. Acordaron entonces, traer en procesión a la imagen de la Virgen de Guápulo, Nuestra Señora de Guadalupe, para el rezo del rosario y rogativas por la salud del enfermo. Así ocurrió; y conforme a las normas dictadas por el mismo Obispo, en cama ahora, Nuestra Señora de Guadalupe fue traída de Guápulo a la Catedral de Quito y de allí, en procesión y rezando el Santo Rosario, con estaciones cada denario, seguir hasta uno de los templos señalados para el día del rezo. El domingo 30 de diciembre de 1696 correspondía la procesión de la catedral al templo de San Francisco, rezando el Santo Rosario e implorando por la salud del Obispo de Quito 6.
Solemne Procesión y Rogativa “Al día siguiente de aquel en que su alma recibió los postreros Sacramentos, esto es el 29 de diciembre, fue trasladada la prodigiosa imagen desde el Santuario de Guápulo a la Iglesia Catedral entre un numeroso concurso que con lágrimas en los ojos y sollozos pedía a la Santísima Virgen la salud de su Prelado. El Vicario General de la Diócesis y Canónigo Doctoral de la misma Iglesia, Dr. Don Pedro de Zumárraga, dispuso con igual fin una piadosa rogativa, durante la cual, de las principales iglesias debía salir una procesión elevando fervientes súplicas al cielo. Era en aquel tiempo uso y costumbre que todos los domingos del año saliese la procesión del Rosario de la Catedral; añadiéndose a esto la rogativa cuyo primer día tocaba al mismo tiempo; aconteció que concurriera gran multitud de personas de lo más selecto de la ciudad, a aquella función piadosa. Contábase en ella el Presidente de la Real Audiencia y otros distinguidos personajes que representaban a las más altas autoridades civiles, militares y políticas de Quito, canónigos ilustrados, sacerdotes seculares y religiosos con otros personajes de primera calidad”.
La solemne procesión era precedida por la Cruz Alta que
6 Julio María Matovelle, Op. cit.
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