indican coordinación, extensión, relación, subagrupamiento y fijación del orden, con el fin de subagrupar instrumentos con características específicas, de acuerdo a las combinaciones posibles (ver más adelante). La clasificación de Sachs-von Hornbostel fue inicialmente de cuatro categorías básicas: idiófonos, membranófonos, aerófonos y cordófonos. En 1940, Curt Sachs, de acuerdo al desarrollo industrial y científico del momento, añadió una quinta: eléctricos.
Elementos de la clasificación Veamos algunos ejemplos: 1 Idiófonos: El mismo material del instrumento, debido a su solidez y elasticidad, vibra y tiene capacidad de radiar el sonido. 11 Idiófonos golpeados directamente. Es independiente de la forma o el método. Lo importante es que el músico active el sonido a su voluntad, mediante una baqueta, teclado o cuerda (en el caso de las campanas de la iglesia). 111 Idiófonos golpeados de concusión. El músico mueve o sacude el instrumento que contiene piezas sueltas que chocan en el interior, produciendo el sonido (maracas, palo de lluvia). 12 Idiófonos pulsados 13 Idiófonos frotados 14 Idiófonos de viento En el ejemplo anterior, la categoría 111 es una subcategoría de su categoría inmediata superior 11, Idiófonos golpeados. La segunda categoría general Membranófonos adquiere el número dos, y se subdivide igualmente de la siguiente manera: 2 Membranófonos 21 Membranófonos golpeados 23 Membranófonos frotados 24 Membranófonos de viento Como podemos ver, falta la categoría 22, que sería Membranófonos pulsados, lo cual físicamente no es posible, dado que la membrana se tiene que tensar, para lo cual se fija a lo largo de todo su perímetro, independientemente de que una membrana sin tensar no tiene las propiedades físicas de solidez y elasticidad requeridas, por lo que esta subcategoría no existe.
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Otra página del artículo de Erich M. Von Hornbostel y Curt Sachs, titulado Systematik der Musikinstrumente (Sistemática de los instrumentos musicales, un intento) en el original de la Revista Zeitschrift für Ethnologie, 1914. En esta página, después de su introducción, comienza la clasificación con los Idiófonos. En la primera columna tiene la clasificación, con la categoría respectiva; en la segunda, las características de cada categoría, y en la tercera los ejemplos de instrumentos musicales que pertenecen a la categoría respectiva.
Baste hasta acá de ejemplos. Lo que considero importante comunicar es que, para clasificar instrumentos, es necesario tener bastantes conocimientos sobre ellos. Por un lado conocerlos físicamente y saber cómo se produce el sonido. Por otro lado, se requiere de conocimientos de física, entre ellos del área de acústica para poder diferenciar, por ejemplo, cuál es el elemento que produce el sonido, cuál es el que lo excita y cuál es el resonador. Faltaría un múltiplo de ejemplos, lo cual rebasa el presente artículo.
Las revisiones Como los autores indicaron en su preámbulo, la clasificación creada debe ser, como toda clasificación, dinámica. Esto quiere decir que se deben poder desprender nuevas subcategorías, cada vez que se descubren nuevos elementos para ordenar los instrumentos. Esto ha sucedido a lo largo de los 100 años de la existencia de la “Sistemática” creada por Sachs y von Hornbostel a partir del principio establecido por Mahillon. Jeremy Montagu, por ejemplo, publicó una en 1961 (cimcim). En América Latina, Carlos Vega se ocupa de la clasificación de Sachs-von Hornbostel en los 40’s (Vega), y Ana Victoria Casanova Olivia, en su libro Problemática Organológica Cubana, realiza una Crítica a la Sistemática de los Instrumentos Musicales, como reza el subtítulo de su obra, publicado en Cuba en 1988 (Casanova, 1988). A principios del nuevo milenio, el cimcim, del Consejo Internacional de Museos, icom por sus siglas en inglés, creó un Comité para la Revisión de la Clasificación Sachs von Hornbostel, en cuya revisión participaron numerosos organólogos