Historia del Imperio Bizantino tomo II

Page 128

lleva socorro rápido al emperador, es de temer que los latinos sufran pérdidas irreparables en hombres y recursos”. Sigue una exhortación al rey francés para que auxilie al emperador latino. A poco de ser coronado, Juan III de Nicea abrió la lucha contra los latinos en Asia Menor y, con ayuda de la flota que ya poseía, se adueñó de varias islas en el Archipiélago, como Quío, Lesbos, Samos, etc. Los habitantes de Adrianópolís le pidieron que les librara del yugo latino, y al efecto envió a la ciudad un ejército que, según parece, la tomó sin combate. La posesión de Adrianópolis era el primer puesto para señorear Constantinopla. Uno de los dos rivales griegos parecía acercarse mucho al logro de sus propósitos. A la vez, Teodoro Ángel, partiendo de Tesalónica, conquistaba gran parte de Tracia y, acercándose en 1225 a Adrianópolis, forzó a los generales de Juan III a retirar sus fuerzas de allí. El abandono de Adrianópolis significaba el fracaso de los proyectos de Juan III, mientras Teodoro del Epiro se acercaba con su ejército a Constantinopla. Los latinos atravesaron momentos muy críticos. El emperador de Tesalónica estaba a punto de convertirse en restaurador del imperio bizantino. Sus posesiones se extendían del Adriático a los accesos del mar Negro. Pero Teodoro hubo de renunciar a progresos ulteriores, porque le amenazaban al norte los búlgaros, que tenían también designios sobre Constantinopla. Juan Asen II (1218-1241), hijo de Juan Asen, fue el más grande de los Asen. “Si bien no fue un conquistador —dice el historiador Jirecek—, agrandó su imperio (que encontró a su advenimiento en completa desorganización) de manera tal como no se había visto desde hacía siglos ni se vio nunca más”.284 Hombre tolerante, instruido y generoso, dejó excelente recuerdo, no sólo entre los búlgaros, sino también en los griegos. El historiador griego del siglo XIII Jorge Acropolita dice de él: “Todos le consideraban entonces corno hombre admirable y feliz, porque no recurría a la espada contra sus súbditos y no se mancillaba con muertes de romanos, a ejemplo de los soberanos búlgaros precedentes. Era, pues, amado no sólo de los búlgaros, sino también de los romanos y de otros pueblos”. Juan Asen II cumplió un importante papel en la historia de Bizancio. Él encarnaba la idea de crear el Gran Imperio Búlgaro que debía unificar toda: la población ortodoxa de la Península, con capital en Zarigrad (Constantinopla). Pero tales proyectos, chocando con los intereses de los dos imperios griegos, habían de producir conflictos. De momento, sin embargo, las circunstancias parecían favorecer los planes del soberano búlgaro. A la muerte del emperador latino Roberto de Courtenay (1228), el trono pasó a su hermano menor Balduino II, niño de once años. Planteada la cuestión de la regencia, algunos propusieron por regente a Juan Asen, que estaba emparentado con Balduino. Para estrechar los lazos de amistad entre los dos países, se sugirió la idea de casar a Balduino con la hija de Asen. Éste, comprendiendo que se le presentaba la posibilidad de dominar Constantinopla sin efusión de sangre, accedió, comprometiéndose a recobrar para Balduino los territorios arrancados al Imperio de Constantinopla por sus 284 C. Jirecek, Historia de los búlgaros. Traducida del búlgaro al ruso por Brun y Palusov (Odesa, 1878).

128


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.