Boletin 197 febrero 2014

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Recortes de Prensa

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EL FARO DE CEUTA  Domingo, 23 de febrero de 2014

DOLOR E INDIGNACIÓN POR EL REBELLÍN Ricardo Lacasa Será difícil olvidar la trágica muerte de esos quince subsaharianos del pasado día 6. Un hecho lo suficientemente luctuoso como para evitar que pueda volver a repetirse. Ha sido terrible, sí. Terrible como indignante la demagogia con la que desde la izquierda se ha abordado la cuestión. La irresponsabilidad, el oportunismo electoralista tratando de sacar rédito de lo más dramático de la vida, las versiones y manipulaciones de los hechos desde la distancia, el tratar de hacer leña del árbol caído o la utopía vestida de interesada polémica, han venido envolviendo un asunto en el que, por desgracia, Ceuta es noticia de portada en todos los medios. Una tragedia acaecida en zona marroquí como se ha visto en el vídeo difundido por Interior. En un país al que parece nadie ha querido mirar en esa cadena de exigencias de explicaciones y responsabilidades, no digamos ya con los cuerpos de los ahogados abandonados en sus aguas. Son difíciles digerir algunas de las barbaridades oídas esta semana después de visualizar las grabaciones. “Inmigrantes tiroteados en el mar”, denunciaba Marcelino Iglesias. “Se disparó con balas de fogueo, con pelotas de goma a inmigrantes que estaban en el agua. Esto pudo haber causado que 15 personas perdieran la vida”, decía en la COPE Rubalcaba, para quien “hubo una actuación de la Guardia Civil difícil de interpretar”… Señores políticos, primero hay que dejar actuar a la Justicia y luego pronunciarse de acuerdo con la realidad de los hechos. Traten de buscar entre todos una solución y unas líneas de actuación consensuadas ante el serio problema que se plantea en nuestras fronteras y que tantos parecen ignorar, excepto cuando

truena. Han sido lamentables las acusaciones vertidas, ahora puestas en evidencia en ese vídeo difundido públicamente por Interior, haciendo gala de un ejercicio poco común de transparencia ante la opinión pública, a diferencia del mutismo absoluto del Gobierno socialista cuando los sucesos de la valla de Melilla de 2005. Como los propios ataques a la Guardia Civil, tan injustamente envuelta y arrollada en ese torrente de acoso político al Gobierno para dolor y rabia de sus abnegados y ejemplares funcionarios. Muy lamentable. Ahí está el vídeo. Ha tenido que producirse una terrible catástrofe para que el Gobierno se plantee ahora un cambio urgente de la Ley de Extranjería, tan necesario en el caso de Ceuta y Melilla ante las excepciones que se dan en sus fronteras. Que en ambas ciudades el hecho de entrar en suelo español sea obstáculo para la devolución inmediata con los que no cumplen con los requisitos legales es incomprensible. Devoluciones en caliente se hacen todos los días en los aeropuertos nacionales si cualquier viajero no cumple con los requisitos para entrar en el país. Lo contrario de quienes habiendo burlando la frontera, ingresan de inmediato en el CETI y, tras la apertura de un expediente de expulsión, al poco tiempo consiguen su traslado a la Península donde ya no podrá materializarse dicha expulsión al carecer de cualquier documentación de la que se han desecho, precisamente para conseguir su objetivo. No quisiera pecar de alarmista, pero cuidado con el vecino y amigo Marruecos. Nadie me quita de la cabeza que, por mucho que esté colaborando en frenar a la oleada de subsaharianos que cada vez en mayor número llegan a ese país, bien podría aprovechar tal corriente para generar una seria inestabilidad en Ceuta y Melilla. Simplemente con la estrategia de hacer la vista gorda en momentos

puntuales, las consecuencias serían fatales. Llueve sobre mojado y reiteradas avalanchas incontroladas podrían generar una peligrosa corriente abandonista en la opinión pública española de consecuencias irremediables. En pocas palabras, cedamos ambas ciudades a Marruecos por cuanto que, además de ser costosísimas para el Estado, resultan indefendibles ante las oleadas de africanos que entran en ellas. Los marroquíes tenían que saber forzosamente de la presencia de esos más de 200 subsaharianos hacia el Tarajal. La Guardia Civil, además, les había alertado con antelación. Conociendo el extremado celo que en materia de control de la seguridad tienen las fuerzas alahuítas, difícilmente podemos creer pudiera escapárseles tal marcha. Las corrientes migratorias siguen afluyendo incesantemente por el sur del vecino país, atravesando el desierto y salvando en tantos casos los muros del Sahara o campos de minas, perfectamente conducidos por las mafias. Ni este Gobierno ni los que le antecedieron se preocuparon con la atención que merece esta problemática que parece querer estallarnos. Es vital como urgente un pacto de Estado al respecto. Me resulta imposible de imaginar todo cuanto está sucediendo desde hace muchísimos años en una supuesta Ceuta o Melilla británicas, francesas o germanas. En absoluto. Y así nos va, claro.

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