Visitanos en: www.puentealtoaldia.cl & tweeter: @puentealto_pald
6 Fundado el 14 de Septiembre de 1962
Sábado 23 de diciembre de 2017
Una labor, un personaje...
Sara Silva, fuertes lazos con Puente Alto En su vida ha trabajado y vivido en varios lugares, pero siempre termina regresando a la capital provincial, donde llegó desde el sur con 14 años. «Acá me recibieron con los ros abiertos», sostiene.
D
oña Sara Silva nació en el pueblito de Radal en la provincia de Cautín, al sur del país. Sus padres, campesinos, se dedicaban a trabajar la tierra de sus patrones. Cuarta de seis hermanos, cursó sus estudios solo hasta educación básica, pues debido abandonar el colegio por motivos económicos y así ayudar así en las tareas del hogar. Fue a los 14 años cuando se viene a Santiago -junto a una hermana mayor que había contraído matrimonio- en busca de mejores expectativas de vida, llegando a la comuna de La Pintana, «al ladito de Puente Alto», como ella misma dice, cuando el paisaje por esos años eran muy distinto a los que presenta actualmente la capital provincial. «Entré a trabajar a La Chilenita. Fíjese que me venía caminado de La Pintana, pues no había micros en ese entonces que llegaran hasta la plaza. Era muy lindo por acá, en el trayecto pasaba por muchas parcelas y fundos llenos de flores y sobre todo, muchas rosas», recuerda. Fue justamente en su trabajo en el tradicional local «La Chilenita» en donde conoce a la familia que la «apadrinaría», posteriormente tras el alejamiento de su hermana – viviendo con ellos varios años- puesto que aún era menor de edad.Hasta hoy agradece su afecto, pues asegura que la trataron como una hija más.
Cuenta que en su vida estuvo viviendo por algún tiempo en lugares como Carrascal y Pudahuel, «pero finalmente siempre terminaba regresando a Puente Alto. Creo que tengo un lazos muy fuerte con esta comuna, la que me recibió de muy joven con los bazos abiertos,creando lazos de cariño muy fuertes con las personas». VIDA CUESTA ARRIBA A los 30 años la mujer contrajo matrimonio, enviudando tan solo tres años después, con dos hijos: sin dudas un duro golpe de la vida, que la tomó completamente por sorpresa. «A mi marido le dio un ataque al corazón fulminante. Tuve que apechugar sacando adelante a mis dos niños. Fue muy difícil, pero hoy ambos son profesionales. ¿Sabe? nunca me volví a casar de nuevo, pues toda mis fuerzas y energías las enfoque en ellos dos. Hoy, que ya la tarea está cumplida, me dedico más a mi persona y a descansar también pues», sostiene. El ser miembro del Club de Adulto mayor El Esfuerzo de Puente Alto desde marzo del presente año justamente responde a sus ganas de disfrutar la vida a sus años. «Ha sido una experiencia muy linda el ser socia. Espero con muchas ganas cada viernes para reunírseme con mis compañeros. Todos son muy
cariñosos y solidarios».
TALLER LITERARIO «LA ROCA»
Dirección: Magdalena Medina Arenas
¿PROBLEMAS CON EL ALCOHOL? ¿QUIERES DEJAR DE BEBER? Llámanos: Alcohólicos Anónimos en Puente Alto, para jóvenes y mayores. Confidencial y gratuito.
WSP: +56982253372 AUSENCIA
E
s extraño, estoy sentada en una escalinata de la plaza, las personas estaban a una gran distancia de donde me encontraba, pero eran muy pocas, dos o tres, las que pasaban caminando y nunca les vi sus caras. En este lugar no había arboles ni plantas, el pavimento era color tierra. Sentía una soledad inmensa. A un costado de la plazuela logre distinguir locales comerciales, me dirigí a ellos, pero no había gente. Necesitaba beber algo fresco.Vuelvo a sentarme en las escalinatas. Trataba de recordar que hacía ahí. Pensé que habríamos quedado con mi esposo de juntarnos, ¿a qué hora? No lo sé, y tampoco tenía como saber que hora era. Miro nuevamente a las personas y me doy cuenta que eran las mismas personas de antes y se repetía las misma secuencia. Perdí la noción del tiempo. Ya son las ocho de la mañana, mi esposo ya se levantó. No está en la cama, solo su pijama. Debo levantarme, pero mi cuerpo no responde, probablemente estoy resfriada, tengo tanta sed, la fiebre me consume y he dormido tan mal que siento dolor en el brazo y hombro, el pijama entero está mojado y en esta casa yo estoy sola. Cierro los ojos y vuelvo a sentarme en la plaza, tal vez aparezca mi esposo con un vaso de agua y me sonría.
Oda Medina Arenas Fotografía y Restauración