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Esencia inglesa en la Huasteca Real del Monte. Arquitectura, gastronomía, un panteón y futbol son las herencias británicas del pequeño poblado hidalguense. Ubicado a 15 minutos de Pachuca (capital de Hidalgo), el pequeño poblado de Real del Monte —cuyo nombre oficial es Mineral del Monte— aún conserva parte de la herencia que dejaron los ingleses hace casi dos siglos, cuando llegaron a la región para explotar minas de plata. Allí se halla el único panteón inglés de la región. Se localiza en lo alto de un cerro con una estupenda vista panorámica de Real del Monte. Se desconoce cuándo se empezó a construir; sin embargo, existen dos fechas señaladas: en la barda (1851) y en la reja que lo resguarda (1869), con la leyenda “Benditos los muertos que están con el Señor”. Las tumbas están alineadas de poniente a oriente, pues se dice que están dirigidas hacia Gran Bretaña. La única tumba de un mexicano es la de don Chencho, quien por años fue su cuidador; la reina Isabel lo nombró ciudadano honorario. En la actualidad, sus hijas, Carmen y Lidia, además de vigilar el panteón y contar las leyendas del cementerio, abrieron una cafetería que lleva el nombre de su padre, el eterno cuidador, como le llaman.
Sabrosa tradición en un museo La elaboración de los pastes es el legado más conocido del lugar, pues los mineros británicos llegaron de Cornwall, sitio donde se prepara este plato con base de papas. Para conocer la historia de la receta original, visita el Museo del Paste, ubicado en la entrada del pueblo. El costo del acceso
Uno de sus atractivos es la mina de Acosta. / CORTESÍA
Dónde dormir Hotel Paraíso Real www.hotelparaisoreal.com
Otro museo
(35 pesos) incluye la elaboración y degustación de un paste.
Cerca del Centro Histórico está el Museo del Futbol, sitio donde se dieron los primeros partidos.
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Otro de los sitios emblemáticos es la mina de Acosta, que inició sus trabajos en 1727 y se mantuvo productiva hasta 1985. Hoy es uno museo de sitio, en el cual se ofrecen recorridos guiados por las entrañas de la tierra. Se conservan vestigios e instalaciones arquitectónicas y testimonio de sus etapas históricas: la Colonia, la inmigración inglesa y la llegada de la electricidad con los estadounidenses. Se recuperó el esplendor de la Casa del Superintendente y en sus paredes se pueden apreciar imágenes de las minas y de los trabajadores, además de una sala dedicada al bosque El Hiloche, así como piedras y algunos utensilios originales que usaron los mineros. En el Centro Histórico, de gran belleza arquitectónica, se pueden visitar la iglesia de la Asunción, ahora llamada iglesia de Nuestra Señora del Rosario, de origen franciscano, que data de 1563, y la iglesia del Señor de Zelontla, patrono de los mineros. RAMÓN RIVERA
La zona boscosa de Hidalgo, marco ideal para la tradición. / CORTESÍA
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