VOCES 07 ESTA COLUMNA EXPRESA SÓLO EL PUNTO DE VISTA DE SU AUTOR.
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Opinión
Frenan fiestas a todo volumen...
denuncia 2.0 abraham becerra miembro fundador del programa denuncia 2.0 cartasmty@publimetro.com.mx
Leyes vigentes, derechos inexistentes Polemizar sobre la Ley General de Víctimas publicada recientemente en el Diario Oficial de la Federación, sería desconocer a todos aquellos que han sufrido los efectos de una política pública mal estructurada y por lo tanto, pésimamente ejecutada; más aún, estaríamos vulnerando todavía más, los principios fundamentales establecidos en la Ley Suprema de la Nación y tutelados por el Estado mexicano. No obstante lo anterior, se debe reconocer que la validez de las normas y la plausibilidad de los derechos humanos en México, están sujetos a la capacidad de operación del gobierno y sus instituciones; es decir, al costo económico que sugiere la protección de los derechos, se deben sumar estructuras administrativas que se contraponen a las ya existentes y, burocratizan la positivización de los derechos. En ese sentido, la clase política, en especial los legisladores y el poder ejecutivo, intérpretes autorizados por la Constitución para definir las normas, directrices y principios que las leyes contienen, descartaron por acción u omisión, revisar otras disposiciones jurídicas que conceden a los ciudadanos, la reparación de los daños y resguardo de sus derechos principales. Por esa razón, el concepto de nuestra democracia, no podrá ser única y exclusivamente admitido desde una concepción de los políticos y los actores sociales que buscan la creación de normas que abriguen los derechos fundamentales, sino que, el reto consiste en respetar los límites y vínculos que la Constitución mandata a los otros poderes de la Unión, para garantizar la obligatoriedad del poder a los límites y vínculos que, sujetan al poder público y privado, al respeto irrestricto de los diferentes enunciados constitucionales y normativos del entramado legal existente, dado que, hoy en día son un elemento cardinal de nuestra democracia constitucional. Esto es, si los órganos del Estado no logran la satisfacción de los derechos establecidos por el marco legal existente, el desencanto por la democracia y el Estado de Derecho seguirán incrementándose, y por lo tanto, los incentivos para cumplir y hacer cumplir las leyes, disminuirán considerablemente. De ahí que, para hacer prevalecer la iuspositivización de las garantías fundamentales, sólo se podrá materializar a través de la correcta aplicación de los enunciados normativos que haga el poder judicial, en los casos concretos en los cuales deban aplicar normas secundarias, destinadas a depurar y sancionar las violaciones de las normas sustantivas o relativas a los derechos; en otras palabras, todos los integrantes del poder judicial, deberán concebir a los derechos ya establecidos en nuestros diferentes ordenamientos legales, como normas supremas, efectivas y vinculantes, que deben y pueden ser observadas en todo proceso de operación y aplicación de los derechos resguardados, en primer término por nuestra Carta Magna. Finalmente, no basta con el cambio de poderes y la sensación de un nuevo rumbo, puesto que, la legitimación democrática del poder público y la observancia del Estado de derecho, transitan por el desplazamiento de cuotas y funciones de poder, que durante los últimos quince años fueron asumidos por los poderes invisibles al Estado; por lo que, es necesario redefinir el innegable e irreversible fin del monopolio estatal de la producción jurídica, frente al debilitamiento de la relación entre el pueblo y el poder público, que difícilmente podrá restablecerse mediante la expedición de normas jurídicas vacías de contenido y contrarias al nuevo paradigma democrático que la sociedad mexicana ha decidido.
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Atardecer, postal que nos comparte Hugo Sánchez. Frases • “La constancia y el estudio hacen a los hombres grandes, y los hombres grandes son el porvenir de la Patria”. Benito Juárez
Hola Éricka, buenos días. Soy vecina de la colonia Pedregal de la Silla, en el municipio de Monterrey. La razón de mi queja es en relación a tu artículo del día 21 de enero, referente a las sanciones a vecinos con fiestas ruidosas, situación que lamentablemente también estamos viviendo los vecinos de esta colonia y, que a pesar de hacer el reporte a la policía, nunca se nos atiende debido a que ellos al recibir el reporte lo transmiten a la policía de barrio, pero ¿qué crees? que nuestra flamante policía de barrio “descansa” los fines de semana, así es que no hay quién pueda poner orden y ya se han presentado problemas de agresiones y roces entre los vecinos, pues tiene uno que salir a pedirles que, por favor, sean conscientes de la gente que hay a su alrededor, pero al ver que no hay quién los detenga, hacen caso omiso y hemos tenido que aguantar “fiestecitas” que empiezan a las 19:00 horas y terminan al siguiente día a las 8:00,
9:00 y a veces ¡hasta las 10:00 horas! Y no conformes con eso nos ha tocado la desagradable necesidad de limpiar al día siguiente nuestras cocheras, ya que amanecen con vasos, latas, botellas y, perdón si te resulta asqueroso, pero hasta de vómitos. Por tal motivo, quisiera pedirte de favor, que si cuentas con algún contacto que nos pudieras proporcionar para hacer llegar nuestra petición a la presidenta Margarita Arellanes para ver si puede poner un “hasta aquí” a este tipo de situaciones te lo vamos a agradecer enormemente. Quisiera sólo aclarar que nuestra petición no es en el sentido de prohibir las fiestas (porque todos tenemos ese derecho), sino únicamente reglamentarlas y hacer que también se respete nuestro derecho a descansar y vivir en la mayor armonía posible. Agradezco de antemano la atención que te sirvas brindar al presente y te envío un cordial saludo. SEÑORA MARTÍNEZ.
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Necesitamos más árboles... En serio que no entiendo a las autoridades ni cómo a los regiomontanos nos vale madre que no tengamos árboles en nuestra ciudad. Llevo un año viviendo en Guadalajara y en serio estoy impactado por la cantidad de arboles que hay en sus avenidas. ¿Y mi lindo Monterrey? Al contrario! Más planchas de concreto para que nuestra ciudad sea más caliente y más contaminada. ¿Qué nos cuesta sembrar un árbol? ¿Qué nos falta? Jesús Pedraza Sánchez.
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