tomando como modelo a otras personas, como lo hacen los niños más jóvenes, sino también modificando y sintetizando identificaciones anteriores...”3 La profesora Celsa Albert Batista, en el libro Diversidad e Identidad en República Dominicana, sostiene que, “la identidad consiste en un conjunto de valores, creencias, conductas, actitudes, creados en el transcurso del tiempo que caracterizan a los distintos grupos humanos permitiéndoles mantener su cohesión social y la memoria histórica”. Nos habla de la diversidad cultural dominicana, cuyo origen está en los aportes de los indígenas, de los españoles y de los negros africanos, pero tiene influencia “de otros grupos mestizados tales como los inmigrantes del sur de los Estados Unidos y las Antillas (afrofrancesas, afroinglesas y afroholandesas)”. Como exponente cultural, la identidad está unida a la interiorización que hacen los individuos de los valores transmitidos por sus ancestros colectivos. Desde el punto de vista social, es la conciencia de pertenecer a un grupo con el cual se tiene similitudes, pese a las idiosincrasias que identifican a una persona como única en el universo. La identidad cultural está asociada al sentido estricto de esta palabra, en cuanto a valores, costumbres y creencias, legados por una historia común, como patrimonio colectivo. De esa forma, la identidad cultural de los dominicanos y dominicanas, la encontramos en nuestra tradición cristiana, en nuestro amor por la democracia, en el merengue, en la preferencia del beisbol como deporte, y en la hospitalidad, para solo citar algunos ejemplos. Estas características nos identifican como dominicanos, pero algunas de ellas también nos identifican como latinoamericanos, otras como hispanoamericanos, y así, podríamos extender el universo, hasta llegar al punto de una identidad cultural propia de todos los seres humanos; porque por más distancia física que exista entre los pueblos, cada hombre es poseedor de un algo coincidente con todos los hombres.
3 Véase: Desarrollo Humano. 8ed. McGraw‐Hill Interamericana S.A. 2001, Pág. 447 2