Para las dos fechas aludidas como quiebre cronológico-metodológico registramos que en Honduras continúan publicando los ensayistas, algunos fallecidos a día de hoy, Filánder Díaz Chávez, José Reina Valenzuela, Aníbal Delgado Fiallos, Ramón Oquelí Garay, Manlio Martínez Cantor, Mario Felipe Martínez Castillo, Hernán Cárcamo Tercero, Rafael Leiva Vivas, Adán Elvir Flores, Mario R. Argueta, Marcos Carías Zapata, Víctor Meza, Carlos Flores Facussé, Hernán Antonio Bermúdez, Mario Posas, Noé Pineda Portillo, Juan Antonio Medina Durón, Enrique Aguilar Paz, Julio Escoto, Juan Ramón Fúnez, Roberto Reyes Mazoni, Rafael del Cid, Jorge Ramón Hernández Alcerro, Ernesto Paz Aguilar, Dagoberto Espinoza Murra, Víctor Ramos, Galel Cárdenas Amador y Juan Fernando Ávila. Pero he aquí que para estas nuevas fechas (1989-1991) a la vez escribe libros y en revistas, con mayores bríos, un nuevo bloque de ensayistas que venía publicando desde los años setenta y ochenta, como Juan Ramón Martínez, Manuel Salinas Paguada, Matías Funes Valladares, Roberto Castillo, Segisfredo Infante, Oscar Soriano, Helen Umaña, Leslie Castejón, José González, Armando García, Julio César Pineda, Rodolfo Pastor Fasquelle, los gemelos Membreño Cedillo y el teólogo y psicólogo Roberto Cruz Murcia. Incluso podría afirmarse que algunos de estos últimos publicaban con un énfasis histórico-filosófico. Es imperativo aludir los trabajos de los españoles radicados en Honduras, como los filósofos Juan Antonio Vegas y Augusto Serrano López; el quehacer periodístico del uruguayo Oscar Falchetti; y del lexicógrafo y formidable lingüista Atanasio Herranz, quien terminó por hondureñizarse legalmente. También hay que recordar una sola investigación histórica colonial, de tipo territorial, de la costarricense radicada en Tegucigalpa María de los Ángeles Chaverri, más conocida como Marielos. Para mediados y finales de los años noventa registramos los primeros artículos y ensayos de dos jóvenes singulares de nueva generación literaria: José Enrique Cardona Chapas y José D. López Lazo. Parejamente destacaban los ensayos historiográficos y sociológicos del joven historiador Rolando Sierra Fonseca, discípulo de Ramón Oquelí Garay. De igual modo, los trabajos sobre los extranjeros del historiador Jorge Alberto Amaya Banegas destacaban, dándole continuidad a las investigaciones sobre la presencia de los italianos y alemanes en Amapala y Choluteca, realizadas pioneramente por un grupo de jóvenes a mediados de la década del ochenta. Es pertinente añadir los trabajos ensayísticos, traducidos en libros, también de finales de los años noventa CUADERNOS HISPANOAMERICANOS
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