RICARDO: (A Mahamut.) – ¿Cómo de dónde? ¿No me dijiste que eres siciliano? MAHAMUT: (A Ricardo.) – ¿Y eso qué tiene que ver? RICARDO: (A Mahamut.) –Es Leonisa. MAHAMUT: (A Ricardo.) – ¿Qué es lo que dices, Ricardo? RICARDO: (A Mahamut.) –Lo que has oído. MAHAMUT: (A Ricardo.) –Pues calla y no la descubras, porque ella va a poder de mi amo. RICARDO: (A Mahamut.) –Mahamut, ¿te parce que será bien ponerme en parte donde pueda ser visto? MAHAMUT: No, para que no des indicio de que la conoces, que podría ser que redundase en perjuicio de mi designio. RICARDO: (A Mahamut.) –De acuerdo. LEONISA: Se acercó el cadí a mí y asiéndome de la mano, me entregó a Mahamut, mandándole que me llevase a la ciudad y me entregase a su señora Halima, y le dijese me tratase como a esclava del Gran Turco. RICARDO: Mahamut se fue con Leonisa y me dejó solo. Me acerqué al judío y le pregunté en qué modo había venido a su poder aquella cautiva cristiana. El judío me respondió que la había comprado a unos turcos que habían naufragado. LEONISA: En el camino que había desde las tiendas a la ciudad, Mahamut me preguntó que de qué lugar era. Le respondí que de la ciudad de Trápana. También me preguntó si conocía en aquella ciudad a un caballero rico y noble que se llamaba Ricardo. Oyendo lo cual di un gran suspiro y dije: (A Mahamut.) –Sí, lo conozco, por mi mal. MAHAMUT: (A Leonisa.) – ¿Cómo por vuestro mal? LEONISA: (A Mahamut.) –Porque él me conoció a mí por el suyo. MAHAMUT: (A Leonisa.) – ¿Y conociste también a otro caballero de gentil disposición, hijo de padres muy ricos, muy valiente, muy liberal y muy discreto, de nombre Cornelio? LEONISA: (A Mahamut.) –También lo conozco, y podré decir que más por mi mal. Mas, ¿quién sois vos, señor, que los conocéis y por ellos me preguntáis? MAHAMUT: (A Leonisa.) –Soy natural de Palermo y los conozco porque no ha muchos días que ambos estuvieron en mi poder, que a Cornelio le cautivaron unos moros de Trípoli y le vendieron a un turco que le trujo a esta isla, donde vino con mercancías. LEONISA: (A Mahamut.) –Decidme, señor, ¿cómo o con quién vino Ricardo? MAHAMUT: Vino con un cosario que le cautivó estando en un jardín de la marina de Trápana, y con él dijo que habían cautivado a una doncella que nunca me quiso decir su nombre. Estuvo aquí muy poco tiempo. Porque el sin ventura de Ricardo en pocos días acabó 133