INTRODUCCIÓN
Dado que la edición dependía de factores económicos, pues suponía una serie de operaciones costosas,
y el mercado de libros árabes era mínimo, surgieron otras políticas e intereses de edición: la Compañía de las
Indias Orientales, implicada en el comercio y la administración británica en aquel país, deseaba que sus empleados aprendieran lenguas y se interesaran por las culturas de los lugares donde operaba, desde la India al
Golfo, donde había muchos países con población musulmana. El otro gran mecenas fue la Iglesia, que deseaba traducciones y ediciones de la Biblia a otras lenguas, además de un soporte educativo útil para las misiones. Italia
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En 1514 se imprimió el primer libro en caracteres árabes con tipos móviles, de rito litúrgico,
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para ser distribuido entre los cristianos melquitas de Oriente Próximo con la intención de unificar las
iglesias oriental y occidental. Pudo haber sido impreso en ano por el impresor veneciano Gregorio de Grego-
riii, siendo el punzonista italiano rancisco Griffo el autor de estas fuentes árabes. El interés por adoctrinar se mantiene en otras obras creadas por los franciscanos o traducidas por profesionales de creencias cristianas e
impresas en la imprenta de Propaganda ide, con fines muy concretos. La apologética es frecuente, aunque
también aparecen algunas obras de tema literario. Como curiosidad, apuntar la pervivencia del interés por la poesía que habían puesto tan de moda los cancioneros italianos (n. 164).
La primera de las doce obras de este catálogo es de un siglo después a la citada, del año 1613, y el resto
se imprimieron entre el siglo VII y finales del I . La principal característica con respecto a la de la historia de la imprenta en Italia es el arte en la tipografía y la calidad compositiva, con la incorporación de cabeceras, remates o colofones de decoración floral de grabados xilográficos también en las letras capitulares y de escu-
dos calcográficos con el escudo papal. En los papeles es posible apreciar aún los corondeles y puntizones con bastante frecuencia. En este país se realizaron numerosos experimentos y en la tipografía arábica es notable la
ligazón de la grafía árabe de hecho, en alguna impresión, como la n. 161, se utilizaron los tipos de la Imprenta Medicea.
Aunque no está en caracteres árabes, sin embargo merece la pena mencionar una obra salida del taller de
Aldo Manuzio y que se conserva en la Biblioteca Islámica como una joya, con su escudo del ancla y el delfín.
Publicado en 1545, es un libro de viajes a varios países, entre ellos Persia y Constantinopla, en pequeño formato y con la letra que le caracterizaba. Países Bajos Las obras procedentes de los Países Bajos son 49. Aunque no hay muestras tipográficas del siglo VI, sí
hay ejemplos notables del
VII de rancisco Raphelengio, Erpenio y Golio, hombres de letras y verdaderos
eruditos que, a su conocimiento de lenguas, unían su labor como tipógrafos e impresores. Son cinco ediciones
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