Cuadernos Hispanoamericanos (nº 804, junio 2017)

Page 75

influido por la historia europea. Pero en aquel momento estaba impartiendo un curso sobre Historia americana, pasaba largas horas en la Biblioteca América de la universidad compostelana y tenía en la cabeza toda la literatura que le permitía disfrazar de latinos a los personajes alegóricos, folklóricos, carentes de realismo, a los que él mismo acabaría llamando «mis grotescos muñecos». José Antonio Primo de Rivera se convierte ahora en Carlos Clavijo, un brillante general –segunda maniobra de despiste–, carismático, joven, guapo y seductor, que ha muerto al frente de las tropas rebeldes apoyadas por el campesinado y por la república vecina. Franco aparece convertido en el coronel Lizárraga, un militar obtuso, autoritario y vanidoso que es ascendido a general y a mando supremo del ejército tras haber combatido y eliminado a Clavijo, que tenía ese mismo cargo. Hasta tal punto el nuevo dictador es un pelele en manos de su mujer, Rosalía Prados, que ella asiste a los consejos de ministros oculta tras una cortina y le va pasando a su marido notitas de papel para que sepa lo que debe decir en cada momento. Toda la historia del enfrentamiento entre Clavijo y Lizárraga, la muerte del primero, la dictadura del segundo y la posterior organización de un golpe de Estado para derrocarlo a él también, está movida por el enfrentamiento entre Rosalía y Guadalupe Limón, una devoradora de hombres, descendiente directa del virrey español, que supera a «La Generala» en juventud, belleza, estirpe, ingenio y riqueza. El desprecio de Guadalupe por Rosalía será tan grande como el odio con que la esposa del Caudillo perseguirá a su rival hasta la muerte. Para despejar al lector cualquier duda sobre el género literario de la obra, el narrador introduce con frecuencia acotaciones irónicas en el relato, que él mismo califica de «opereta» y «vodevil». En el prólogo a una de las reediciones aclara: «Lo que sucede es que la historia no es bien conocida, en parte por esa manía de los historiadores, empeñados en que los grandes acontecimientos deriven de las grandes ideas y no de pequeñeces. La muerte de Clavijo no fue el episodio culminante de la lucha entre la ciudad y el campo; ni siquiera fue la muerte con que un buen dramaturgo hubiera concluido el drama de su vida: mucho menos la que él mismo hubiera esperado. Fue una muerte cocinada por Guadalupe y Rosalía, sin que, en el primer momento, ninguna de las dos pensase en las consecuencias históricas y literarias de su tiquismiquis». 73

CUADERNOS HISPANOAMERICANOS


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.