FOTOS: COLECCIÓN PERSONAL ALFREDO AGUAYO
Antiguamente la región estaba poblada por los huastecos asentados en la ribera del Río Pánuco cuyos varones, dependiendo de su clase social, al cumplir los 12 años ingresaban a un centro donde se impartían enseñanzas sobre diversos oficios, mientras las mujeres se quedaban con sus madres a aprender labores domésticas. Al llegar los españoles a la zona, sometieron a los huastecos siendo entonces los misioneros quienes tomaron a su cargo la instrucción y evangelización de los indígenas a quienes enseñaron entre otras cosas el castellano. En 1823 se funda Tampico siendo una de las preocupaciones principales de sus pobladores la enseñanza. Desde que trazaron la ciudad, se seleccionó un solar para la escuela de primeras letras en las calles conocidas hoy como Altamira y Colón, en el terreno que actualmente ocupa la escuela José María Gajá. Para 1826 existía una escuela lancasteriana y en 1828 una escuela particular siendo hasta 1830 cuando Tampico contaba con 1600 habitantes, que se funda la primera escuela pública en el terreno antes mencionado reduciéndose la enseñanza a lo elemental sobre lenguaje y cálculo. Durante muchos años fue una institución exclusivamente para varones, a partir de 1838 fue su director el maestro José María Gajá, quien aportó notables adelantos en el sistema de enseñanza y de esa forma se incrementó el nivel educativo de la ciudad. Es hasta 1833 que se funda la primera escuela pública para niñas dirigida por la maestra Octavia D’Ailoné, esposa del profesor Gajá. Durante el porfiriato, en septiembre de 1897, la Junta Local de Instrucción Pública de la ciudad inaugura la primera escuela de párvulos llamada Jardín Infantil, segunda en su tipo en el estado. Su precursora fue la maestra Estefanía Castañena auspiciada por el alcalde Arcadio Domínguez y el gobernador Guadalupe Mainero. En ella se impartía el método froebeliano que aprovechaba el juego como base del sistema de enseñanza. Es en esta misma época del Porfiriato (1876-1911) es cuando Tampico alcanza su mayor desarrollo, se construye un puerto fluvial sobre el Río Pánuco, comienza el auge petrolero, el ferrocarril comunica la ciudad con otras importantes ciudades existiendo una bonanza comercial. Extranjeros vienen a vivir a Tampico y sus habitantes de mejor nivel económico mandan a sus hijos a estudiar a la capital del país y el extranjero, abriéndoles con ello una nueva visión del mundo. Para inicios del siglo XX Tampico contaba con tres escuelas elementales
para niñas y cuatro para varones además de los colegios privados como el Instituto Juárez, Colegio del Sagrado Corazón, Colegio Comercial y Escuela Moderna Mixta. El Colegio del Sagrado Corazón de Jesús, se fundó en 1902 por iniciativa del señor obispo Don Filemón Fierro y Terán. En 1912 cambia su nombre a Colegio del Verbo Encarnado en la esquina de Jazmines y Altomonte, hoy Álvaro Obregón y Antonio Matienzo. El inicio de la revolución paraliza en gran parte la actividad porteña y afecta sobre todo a las instituciones de enseñanza privada, es así como en noviembre de 1927 el gobierno federal confisca el edificio de dicho colegio para ubicar ahí la octava zona militar reabriendo sus puertas en 1929 en la esquina de Colón y Madero con el nombre de Instituto Tamaulipas. Después de ocupar diversas instalaciones, cierra sus puertas en 1978 por problemas económicos. Con la llegada de una nueva constitución, vuelve a su cauce el orden social y crece la actividad comercial de la ciudad. Los extranjeros establecidos en Tampico, sobre todo los ingleses, holandeses y norteamericanos, para cubrir la enseñanza de sus hijos fundan en 1917 la Escuela Americana de Tampico que después de la expropiación petrolera continuó operando abriendo sus puertas a hijos de tampiqueños que deseaban una educación predominantemente en inglés. Hoy en día es considerada la tercera escuela Americana más antigua en México conservando su tradición de excelencia y su prestigio a nivel internacional. El auge comercial y la llegada de gente de todas partes del mundo, influyen en los usos y costumbres de la ciudad convirtiendo a Tampico en un centro de comercio, salud y educación que hoy aún conserva. Se da entonces el escenario propicio para la apertura de academias de contabilidad, inglés y español, taquigrafía y mecanografía que dieron a las mujeres una oportunidad de aumentar y mejorar su educación. Después de la revolución, bajo la presidencia del Gral. Álvaro Obregón (19201924), se crea la Secretaría de Educación Pública presidida por el escritor y filósofo José Vasconcelos quien impuso la educación popular. Con ello comenzaron a llegar a los ranchos maestros para alfabetizar a grandes y chicos. Posteriormente abre sus puertas en Tampico el Instituto Froebel y la Escuela Preparatoria de Tampico (1928), la Escuela de Enfermería y el Colegio Tampico (1929) y la Escuela Prevocacional e Industrial (1934). DESARROLLOCULTURALASIESTAMPICO
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