Poupee Tessio - OBRAS 1965 - 2011

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la búsqueda de la propia identidad. (…) Imágenes que la pintora transforma desde todos los ángulos mediantes líneas impregnadas de sensualidad y ágiles planteos de color; aprovechamiento funcional de espacio; objetos en estado de armoniosa conjunción, llevan al espectador hacia una verdadera ultravisón de la realidad. Como en un acto de recreación, de complementación del mundo, aprehende la realidad exterior, la somete a un proceso interno de transfiguración. Cada cuadro tiene su propio clima, y su climax. La obra constituye un puente de plácido, sereno y alegre asombro entre la realidad y el misterio. Rubén Astudillo y Astudillo … su obra presenta una característica que atraviesa su mundo creativo, en el cual la artista cuestiona los vínculos y la participación femenina en la sociedad actual. Es la mujer en su inscripción histórica a partir de la década de los setenta, la que adquiere una especial importancia dentro del campo del trabajo, de la educación y de la cultura. Así lo declara la artista en varias oportunidades y lo va a demostrar al reflejar la conducta social de la mujer dentro de un sistema visual, como una metáfora imaginaria, en el mundo de la moda y del diseño. En la obra de Poupée Tessio, la historia de “la Nelly”, constituye uno de sus aciertos populares. La artista profundiza la mirada hacia esa realidad cultural y al mismo tiempo con una resolución plástica original-que se resuelve entre el dibujo y la pintura- inventa una técnica que se ajusta a las tiras humorísticas dibujadas a través de guiones visuales con textos. Es en estas series donde surge su interés por lo popular. La historia de la Nelly y del Julián, conquista para el mundo de la plástica, personajes reales porteños. (…). La visión aguda y crítica de la escena porteña iba a ofrecerle en el arte y la vida, protagonistas para su escena plástica, que la artista presenta como un referente valioso de una realidad social. En esta serie de obras, Poupee se propone nuevamente construir desde los fragmentos, esta vez con papeles que alguna vez envolvieron un regalo, contaron alguna historia o guardaron algún secreto. Esos papeles ahora se incorporan generando silencios entre intrincadas texturas gráficas y junto a guardas con cierta reminiscencia precolombina; donde el preciosismo de la línea marca el ritmo de las composiciones. Poupée Tessio incorpora la figura del árbol como un ar-

quetipo de vida y de fuerza en crecimiento. (…) La actitud contemplativa es un valor que presta inmensidad a una impresión efímera y particular. Las imágenes pintadas son realidades humanas, no basta referirse a estas imágenes, hay que vivirlas en su inmensidad poética. La imagen del árbol, símbolo de la vida y de la muerte, es citada en los diversos enfoques de las ciencias espirituales tradicionales, y se traduce como metáfora de la germinación y crecimiento interior que se renueva constantemente. Es la clave simbólica la que lleva a comprender el cuerpo de la imagen perseguida por la artista como soporte de futuras transformaciones. La interpretación de lo que acontece no puede cerrarse sino permanecer abierta, al devenir de las experiencias…. “La artista como poeta y creadora de signos, obedece a las leyes de la creación, estas leyes invisibles podrían enunciarse de este modo: Una hoja tranquila hace crecer el alma, crecer el estío, crecer el mundo. La calma se instituye como una emergencia del ser, como un valor que domina, pese a un mundo convulsionado." Rosa Faccaro El vestido nos re-presenta. Habla, dice, grita, susurra ... convierte el cuerpo en un mensaje, algo que propone al que mira. Le memoria funcionará como el deseo que se proyecta en cada vestido–expresión, en los vestidos que imaginó y creó Poupée Tessio. Un código sutil hace visible lo implícito de la identificación con el cuerpo de origen, un cuerpo de mujer, cuerpo materno que se apropia cada vez más de nuestro cuerpo. Fijemos la mirada en el vestido adecuado que hablará por nosotros. Salvina Sollima Tamborini Una charla entre mujeres o el té con amigas para hablar de la vida, se convierte en un “botox party”; las vecinas chismosas ahora se preguntan “¿Qué se hizo la Adelita?”. El delicado equilibrio tonal y el jugueteo de los grafismos nos revelan a esas mujeres que han perdido su rostro buscando una perfección efímera. En un mundo donde la lucha de las chicas contra el espejo se gana en el quirófano, la sutil ironía y el humor sagaz de la artista denuncian la artificialidad de los arquetipos de la belleza contemporánea. Julio Sanchez

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