sueño profundo pero insuficiente, y vestía únicamente una larga camiseta que le llegaba hasta las rodillas. Aranda la encaró. —Son los zombis —dijo—. Han entrado.
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sueño profundo pero insuficiente, y vestía únicamente una larga camiseta que le llegaba hasta las rodillas. Aranda la encaró. —Son los zombis —dijo—. Han entrado.
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